Te damos gracias por una mañana esplendorosa y un radiante amanecer en el que hemos reparado nuestras fuerzas para iniciar con mucha fortaleza las labores de esta semana. Sentimos en nuestro corazón el deseo de hacer las cosas según tu voluntad y la voluntad del Padre celestial.
Gracias, Señor, porque en el libro del Génesis encontramos las maravillas que tú has ido haciendo y creando para nuestro bien y el de nuestros hermanos. Nos enseñas, Señor, que todo lo creado es bueno y por eso nuestra respuesta al salmo 103 es una respuesta de amor: Goce, el Señor con sus obras. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al señor!
Gracias, Señor, porque vamos a iniciar una nueva semana que tú nos regalas con esa bondad, esa misericordia y esa generosidad de tu corazón para que cada uno de nosotros, haciendo las obras de sus manos y nuestras propias manos. Todo lo que hagamos sea bendecido por tu amor y tu bondad.
Gracias, Señor, porque encontramos ese aliciente grande al saber sobre la fe que tenía la gente que llegaba en camillas y ponía los enfermitos a tus pies y tú los ibas curando de igual manera. Ojalá nosotros pudiéramos llevar a nuestros hermanos enfermos, las necesidades de cada uno de ellos ante ti para que siempre pudiéramos tener la dicha de la salud y el bienestar completo. Bendice, Señor, las obras de nuestras manos y bendícenos cada uno de nosotros. Amén.
Un muy feliz santo y optimista. Inicio de semana un lunes lleno de cosas lindas para cada uno de ustedes y cada uno de nosotros.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)
* «Cristo lo es todo para nosotros. Si estás oprimido por la injusticia, Él es la justicia; si tienes necesidad de ayuda, Él es la fuerza; si tienes miedo a la muerte, Él es la vida; si deseas el cielo, Él es el camino; si estás en las tinieblas, Él es la luz» (San Ambrosio de Milán).
* «Dios, después de haber terminado la creación, no se “retiró”: Él puede obrar aún. Sigue siendo el Creador y, en consecuencia, siempre tiene la posibilidad de “intervenir”. ¡Dios sigue siendo Dios!» (Benedicto XVI).
* «Cristo invita a sus discípulos a seguirle tomando a su vez su cruz. Siguiéndole adquieren una nueva visión sobre la enfermedad y sobre los enfermos. Jesús los asocia a su vida pobre y humilde. Les hace participar de su ministerio de compasión y de curación (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1506)
