Gracias te damos, Señor, por este nuevo día en el que iniciamos nuestras labores y las realizaremos con fe y optimismo. Hoy honramos de manera especial tu Madre Santísima y Madre nuestra. Contemplar la ternura de tu Santísima Madre nos permite saber que estamos en sus santas manos y bajo la protección de Su Manto Sagrado.
Gracias Madre porque quisiste que te conocieran en una humilde gruta y desde allí ser nuestra protección y auxilio. Siempre colocados en tu Maternal Regazo, sentimos la seguridad y confianza de tu intercesión en cada instante de nuestras vidas: en la salud, en la enfermedad, en la alegría y la tristeza, en pobreza o abundancia. Gracias, Madre Bondadosa.
Señor, tu Madre junto a la cruz es un solo corazón contigo en el misterio de dolor. Por su bondadosa y maternal intercesión, ayúdanos en nuestros momentos de dificultad y danos el consuelo de saber que estamos en tus manos y bajo el auxilio de Nuestra Madre. Danos la fe sencilla de santa Bernardita Soubirus, para que también pidamos por la conversión de los pecadores, que hagan penitencia y así seamos llenos de amor y de esperanza. Que, al inicio de este día, nos guíes y acompañes y nos proteja el amor de Nuestra Madre. Amén.
ORACIÓN A VIRGENCITA DE LOURDES
Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches: pero acuérdate de que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!
Ya que Dios obra por tu mano curaciones innumerables en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (dígase el nombre del enfermo/a).
Alcánzale de tu Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más, alcánzanos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios.
Amén.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)
* «Muchas veces se exhibe una apariencia de virtud, sin ningún interés por la rectitud interior. El que ama a Dios se contenta con agradarlo, porque el mayor premio que podemos desear es el mismo amor» (san León Magno).
* «Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, de darnos un corazón puro, libre de toda hipocresía para que así seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su fin, que es el amor» (Francisco).
* «El cuarto mandamiento recuerda a los hijos mayores de edad sus responsabilidades para con los padres. En la medida en que ellos pueden, deben prestarles ayuda material y moral en los años de vejez y durante sus enfermedades, y en momentos de soledad o de abatimiento. Jesús recuerda este deber de gratitud» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 2218).