Llega el fin de semana y buen momento de nuestro balance: Buena semana por todas las alegrías y felicidades compartidas y vividas; por las personas con las que pudimos amar y servir. Semana esperanzadora pero complicada por los que tuvimos que despedir, por nuestros hermanos enfermos y por no lograr todos nuestros objetivos. Aun así, lo más importante: contamos con tu ayuda y con tu consuelo. Señor: Hoy al celebrar a san Josafat, que empleó su vida y su muerte para unir en fe y amor a los que creen en ti, que tu Espíritu Santo derrame con abundancia su amor sobre todos los que te consideramos como el fundamento y sentido de nuestras vidas. Que este amor nos una a todos en un vínculo común de comprensión, amor y respeto mutuo y nos disponga a que podamos vivir los unos para los otros y a servirnos generosamente, motivados y ayudados por tu presencia.
Ayúdanos a ser constantes en nuestra oración y sobre todo a confiar plenamente en el Padre celestial ya que sabemos que Él, como Padre de bondad, de ternura y de misericordia no nos defraudará. Danos perseverancia y constancia, fortalecidos en la oración.
Hoy día dedicado a Nuestra Madre, a ella nos acogemos: Madre de la ternura y del amor, te damos gracias porque en tu Santo Regazo nos tuviste y con tus brazos nos protegiste y auxiliaste. Danos la alegría de seguir contando con tu protección y auxilio. Amén.
ORACIÓN A MARÍA EN SÁBADO
¡Oh, Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro santísimo Nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro, que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar con este acto de amor y rendimiento, que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia. Aceptad, oh, Corazón Inmaculado esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, oh Corazón amabilísimo, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.
Oración de Paz y Calma
«No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido» (Isaías, 41,10).
