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13-mar.-2025, jueves de la 1.ª semana de Cuaresma

«Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»

Buen momento para agradecerte por un nuevo amanecer y un día que esperamos sea lleno de tu presencia y de buenas obras y acciones. 

Señor, por medio de la oración das a conocer toda la riqueza de tu bondad para con nosotros. No nos rechazas cuando nos volvemos con confianza a Ti, desde nuestra debilidad, desde nuestras necesidades, también desde nuestras alegrías, incluso desde nuestro silencio cuando no sabemos qué decir. Pero la razón última de tu generosidad no es tanto lo que le pedimos, sino tu gran bondad. Tú eres bueno, gozas dando con alegría. Y nos das siempre más de lo que pedimos. Danos la confianza de saber que nos das lo que es bueno para nosotros simplemente porque nos amas. Danos un corazón agradecido para que aprendamos de Ti a dar y compartir sin condición alguna, sino sencillamente con amor y alegría, como Tú lo hiciste entre nosotros. Que encontremos las palabras acertadas como Ester que confío en Dios y obtuvo su consuelo. 

Hoy nos llenas de confianza, para saber que lo que pedimos se nos dará, lo que busquemos encontraremos y cuando llamemos nos abrirás, porque tenemos un Padre bueno lleno de ternura y generosidad. Bendícenos en tu bondad y acompáñanos en nuestro caminar. Amén. 

Nuestra Madre Santísima sea nuestro auxilio y protección. 

Un muy feliz jueves testimonial y en las manos del Señor. Bendiciones para todos. Alegría y optimismo para iniciar nuestra jornada. 

Meditación del Papa Francisco

De manera directa, pero con afecto, Jesús dice: “Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”

Cuánta sabiduría hay en estas palabras. Es verdad que en cuanto a bondad y pureza de corazón nosotros, seres humanos, no tenemos mucho de qué vanagloriarnos. Pero Jesús sabe que, en lo que se refiere a los niños, somos capaces de una generosidad infinita. Por eso nos alienta: si tenemos fe, el Padre nos dará su Espíritu.                   

Nosotros los cristianos, discípulos del Señor, pedimos a las familias del mundo que nos ayuden. Somos muchos los que participamos en esta celebración y esto es ya en sí mismo algo profético, una especie de milagro en el mundo de hoy que está cansado de inventar nuevas divisiones, nuevos quebrantos, nuestros desastres. Ojalá todos fuéramos profetas. Ojalá cada uno de nosotros se abriera a los milagros del amor para el bien de su propia familia todas las familias del mundo, y estoy hablando de milagro de amor y poder así superar el escándalo de un amor mezquino y desconfiado, encerrado en sí mismo e impaciente con los demás.  (Homilía de S.S. Francisco, 27 de septiembre de 2015).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.