Al terminar esta semana laboral, te damos gracias por este despertar en el que comenzamos a mirar en el horizonte un nuevo amanecer, una nueva esperanza y una nueva manera de vivir tu amor. Hoy tu invitación es clara: nos adviertes acerca del futuro para que no nos dejemos engañar con supuestas manifestaciones, sino que más bien nos ocupemos de estar preparados amando y sirviendo, y no preocupándonos de un futuro que a veces resulta incierto. Gracias, Señor, porque sabemos que al iniciar en este día nuestras labores, lo haremos con la alegría y optimismo, procurando que nuestro servicio sea generoso y fraternal. Danos la fe de Lot y de Noé. Danos la gracia de vivir sin los afanes que nos llevan a veces a la desesperanza y a mirar atrás. Hoy nuestro día sea pleno de felicidad, alegría y servicio, para que podamos manifestar tu voluntad: amarnos los unos a los otros, con sentimientos de solidaridad y fraternidad. Amén.
Bendiciones abundantes y esperanzador viernes.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Debemos estar despiertos, alertas, vigilantes. Jesús nos advierte: existe el peligro de no darse cuenta de su venida y no estar preparados para su visita. He recordado en otras ocasiones lo que decía san Agustín: «Temo al Señor que pasa» (Serm. 88.14.13), es decir, ¡temo que pase y no lo reconozca! De hecho, de aquellas personas de la época de Noé, Jesús dice que comían y bebían «y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos» (v. 39). Prestemos atención a esto: ¡no se dieron cuenta! Estaban absortos en sus cosas y no se dieron cuenta de que el diluvio se acercaba. De hecho, Jesús dice que cuando Él venga, «estarán dos en el campo: uno será tomado, y el otro dejado» (v. 40). ¿En qué sentido? ¿Cuál es la diferencia? Simplemente que uno estaba vigilante, estaba esperando, capaz de discernir la presencia de Dios en la vida cotidiana; el otro, en cambio, estaba distraído, vivía al día y no se daba cuenta de nada. Preguntémonos: ¿soy consciente de lo que vivo, estoy alerta, estoy despierto? ¿Estoy tratando de reconocer la presencia de Dios en las situaciones cotidianas, o estoy distraído y un poco abrumado por las cosas? Si no somos conscientes de su venida hoy, tampoco estaremos preparados cuando venga al final de los tiempos. (Ángelus, 27 de noviembre de 2022)