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16-oct.-2024, miércoles de la 28.ª semana del Tiempo Ordinario

«Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, sino que su gozo es la ley del Señor y medita su ley día y noche»

El trinar de las aves nos anuncia que un nuevo amanecer va naciendo en la vida de cada uno de nosotros. Gracias, Señor, por este radiante día que nos ayuda a mirar con optimismo y esperanza que todo lo que podremos hacer contará con tu bendición y tu protección. Ahora nos disponemos a iniciar nuestro recorrido para ir a nuestras labores de este diario vivir. Te pedimos que dispongas nuestros corazones para que esta jornada sea placentera en servicio, solidaridad y fraternidad con todas las personas que nos encontraremos. 

Hoy tu palabra nos da un aliciente para seguirte y hacer viva tu palabra: «el que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida»; «dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, sino que su gozo es la ley del Señor y medita su ley día y noche». Señor, danos tu Espíritu Santo para saber discernir lo justo, lo verdadero y lo correcto según tu corazón y de acuerdo a tu palabra. Es día propicio para pensar en tu palabra y la exigencia que nos das, de no ambicionar los puestos y mucho menos halagos que no necesitamos; tu mayor exigencia no ser como los fariseos; que tengamos actitudes humildes y sencillas. Permítenos que este miércoles sea un día de verdadero servicio, fraternidad y solidaridad. A ti, te alabamos te bendecimos y te damos. Gracias. Bendícenos, guárdanos y protégenos Amén. 

Feliz y santificado miércoles.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.