El trinar de las aves nos anuncia que un nuevo amanecer va naciendo en la vida de cada uno de nosotros. Gracias, Señor, por este radiante día que nos ayuda a mirar con optimismo y esperanza que todo lo que podremos hacer contará con tu bendición y tu protección. Ahora nos disponemos a iniciar nuestro recorrido para ir a nuestras labores de este diario vivir. Te pedimos que dispongas nuestros corazones para que esta jornada sea placentera en servicio, solidaridad y fraternidad con todas las personas que nos encontraremos.
Hoy tu palabra nos da un aliciente para seguirte y hacer viva tu palabra: «el que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida»; «dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, sino que su gozo es la ley del Señor y medita su ley día y noche». Señor, danos tu Espíritu Santo para saber discernir lo justo, lo verdadero y lo correcto según tu corazón y de acuerdo a tu palabra. Es día propicio para pensar en tu palabra y la exigencia que nos das, de no ambicionar los puestos y mucho menos halagos que no necesitamos; tu mayor exigencia no ser como los fariseos; que tengamos actitudes humildes y sencillas. Permítenos que este miércoles sea un día de verdadero servicio, fraternidad y solidaridad. A ti, te alabamos te bendecimos y te damos. Gracias. Bendícenos, guárdanos y protégenos Amén.
Feliz y santificado miércoles.