Iniciar una nueva semana dándote gracias por la vida y por este nuevo amanecer llena nuestros corazones de alegría, de esperanza y de confianza puesta en Ti. Nuestras labores serán más llevaderas si sabemos que Tú las has bendecido y que todo lo colocamos en tus manos. Danos la fortaleza necesaria para servir a nuestros hermanos y que nuestras palabras y actitudes sean para hablar bien de todos, hacer el bien a todos y el pensar bien de todos.
Perdónanos los momentos en que se debilita nuestra fe y comenzamos a pedir signos y milagros. Sabemos que tú eres nuestro guía, pero a veces no nos es fácil reconocer tu presencia amorosa. Danos ojos de fe para percibir el signo de que tú estás con nosotros en tu mensaje y en el evangelio.
Purifica nuestra confianza en Ti para que logremos ser maduros en la fe y que te amemos de corazón, practicando el cumplimiento de tu voluntad de amarnos como Tú nos amas. No permitas que seamos como Caín y caigamos en egoísmo, sino que nos alegremos en las alegrías de los demás. Danos la gracia de tu amor y generosidad para que sea una semana plena en optimismo y alegría. Amén.
Un muy esperanzador lunes y una feliz y santa semana.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)
* «En estas tres cosas se conocerá que tu boca está llena en abundancia de sabiduría o de prudencia: si confiesas de palabra tu propia iniquidad, si de tu boca sale la acción de gracias y la alabanza, y si de ella salen también palabras de edificación» (san Bernardo).
* «‘Si eres Hijo de Dios…’: Dios es “probado” del mismo modo que se prueba una mercancía. La arrogancia que quiere convertir a Dios en un objeto e imponerle nuestras condiciones experimentales de laboratorio no puede encontrar a Dios» (Benedicto XVI).
* «Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús (…). A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos; incluso se le acusa de obrar movido por los demonios» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 548).
ORACIÓN
Señor, me doy cuenta que no siempre me siento feliz, y sé que eso hace merodear al pecado en mi puerta asechándome; por eso te pido tu gracia, Dios, para dominarlo. Enséñame, Jesús, a alejarme del egoísmo y a experimentar la profunda felicidad que procede de la vida en tu Reino.
