Pasar al contenido principal

17-mar.-2023, viernes de la 3.ª semana Cuaresma

“El alma no puede vivir sin amor, siempre quiere amar alguna cosa, porque está hecha de amor, que yo por amor la creé” (santa Catalina de Siena)

Cuaresma2023-24

Señor, al despertar hoy y contemplar esta hermosa mañana que nos regalas en la vida de cada uno de nosotros, nuestro corazón quiere comenzar a amar y quiere comenzar a experimentar aquella palabra que tú nos dejaste: “Ámense como yo los he amado”. Gracias, Señor, por habernos dado el sentimiento más hermoso que podemos tener en el amor. Tú nos has enseñado, Señor, que el amor al Padre celestial y el amor a nuestros hermanos son los fundamentos sobre los que nosotros podemos caminar. Qué bueno, Señor, cuando podemos decirte cuánto amamos, que bueno, Señor, poder demostrar ese amor con nuestras actitudes y obras. En este último día de la semana, danos la gracia de poder caminar en el amor, poder realizar lo que cada uno de nosotros bondadosa y generosamente podemos hacer, amando generosamente nuestros hermanos. Que el optimismo y la esperanza sean nuestros mayores anhelos para poder decir que amamos desde el corazón, con el corazón y para el corazón, no sólo de Dios sino de nuestros hermanos. Te alabamos te bendecimos te glorificamos y te damos gracias, Señor, y te pedimos que nuestra madre santísima sea nuestro auxilio y escudo. Amén.

 Meditemos y pensemos las palabras de Santa Catalina de Siena: “El alma no puede vivir sin amor, siempre quiere amar alguna cosa, porque está hecha de amor, que yo por amor la creé”.

Recordemos que hoy es viernes penitencial: ¿De qué voy a abstenerme este día? ¿Cómo será mi ayuno? ¿Qué tanta montaña he subido?

PALABRAS DEL SANTO PADRE

La respuesta de Jesús retoma y une dos preceptos fundamentales, que Dios ha dado a su pueblo mediante Moisés. (…) El primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada. Hay gente que trata de cumplir los mandamientos de forma ansiosa o forzada, y Jesús nos hace entender que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo fundamento es que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el prójimo. Esta es una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús y nos hace entender que no es verdadero amor de Dios el que no se expresa en el amor al prójimo; y, de la misma manera, no es verdadero amor al prójimo el que no se deriva de la relación con Dios.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.