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17-oct.-2024, jueves de la 28.ª semana del Tiempo Ordinario

«Yo soy trigo de Cristo; que los dientes de los leones me muelan, para así poder ser el pan sin mancha de Cristo» (san Ignacio de Antioquía)

Bendecido y glorificado día en tu presencia, Señor. Gracias por lo que viviremos en esta nueva jornada. 
San Ignacio, obispo de Antioquía en el siglo I, fue arrestado y condenado a ser arrojado a las fieras. Cuando iba hacia Roma, varias comunidades de cristianos lo recibieron con suma veneración. Él les agradeció afectuosamente en cartas escritas durante su viaje; les animó a adherirse firmemente a la fe y a permanecer unidos; les pidió a los cristianos no impedir que muriera como mártir, diciéndoles: «Yo soy trigo de Cristo; que los dientes de los leones me muelan, para así poder ser el pan sin mancha de Cristo». Ojalá también nosotros nos convirtamos en el pan tuyo y nuestra vida se convierta en una eucaristía, una ofrenda de acción de gracias contigo mismo.  En su martirio, san Ignacio supo identificarse contigo crucificado y fue sembrado como grano de trigo en los surcos de la tierra. Que crezca allí también, al morir el grano, la cosecha abundante de un nuevo amanecer. Concédenos seguirte, de modo que nuestro amor y nuestra fe lleven vida y alegría a muchos más. Ayúdanos a seguirte fielmente —como San Ignacio— viviendo para los demás, no para nosotros mismos. Danos también la certeza de que el dolor y la misma muerte no son el final, sino las semillas de un nuevo comienzo y de una nueva vida. 
Tu Espíritu nos colme de los dones que san Pablo evoca hoy en su carta los Efesios: «Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos». En este día bendícenos con tu amor y tu bondad. Amén.
Dejémonos guiar por el Espíritu, guardemos sinceridad en nuestro corazón sin olvidar nuestro exterior. Feliz jueves testimonial y vocacional.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «¿Qué pensar de los que se adornan con un nombre y no lo son? Así, muchos se llaman cristianos, pero no son hallados tales en realidad, porque no son lo que dicen, ni en la vida, ni en las costumbres, ni en la esperanza, ni en la caridad» (san Agustín).
* «Es propio de la tentación adoptar una apariencia moral: no nos invita directamente a hacer el mal, eso sería muy burdo. Finge mostrarnos lo mejor» (Benedicto XVI).
* «Toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo: Él es el “hombre perfecto” que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle: con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo que imitar; con su oración atrae a la oración; con su pobreza, llama a aceptar libremente la privación y las persecuciones» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 520)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.