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19-jul.-2025, sábado de la 14.ª semana del T. O.

Gracias, Señor, porque fuiste ungido como servidor paciente, manso y humilde de corazón, que no porfías, no gritas, ni apagas el pábilo vacilante

Bendecido y glorificado sea tu Nombre, Señor, por todo lo que nos has regalado, por este fin de semana de descanso en el que ponemos en tus manos nuestras vidas nuestras familias y nuestra patria, en la conmemoración de la independencia. 

Qué hermoso sería para nosotros, Señor, también lograr la propia independencia alejados del pecado y alejados de todo mal. Recordamos con cariño que por los méritos de tu Infancia nada nos será negado y por eso celebramos tu fiesta de “Niño Jesús”. Te damos gracias porque hemos vivido intensamente esta semana y ahora solamente nos queda agradecerte por todo lo concedido. 

En este día; te pedimos que infundas tu Santo Espíritu en nosotros para que como Tú lo hiciste llevemos a nuestros hermanos tu poder sanador con humildad y sencillez. Ayúdanos a ser pacientes para comprender tu pensamiento y tus caminos, y que sólo quieres lo mejor para nosotros. El tiempo, la fe y la vida nos permitan comprender que Dios Padre y Tú permanecen cerca de nosotros para protegernos, guiarnos y velar nuestro camino. Gracias, Señor, porque fuiste ungido como servidor paciente, manso y humilde de corazón, que no porfías, no gritas, ni apagas el pábilo vacilante, como lo hacemos nosotros. Señor, enséñanos tu estilo para servir y amar a los humildes, a los débiles y así poder revelar a los hermanos tu Santo nombre.   Amén. 

Felices fiestas patrias y feliz descanso.

FRASE PARA ESTE DÍA 

Pensemos en lo bonito que es, cuando hacemos un regalo, quizás pequeño, acorde con nuestras posibilidades, ver que es apreciado por quien lo recibe; lo contentos que nos sentimos cuando comprobamos que, a pesar de su sencillez, ese regalo nos une aún más a quienes amamos. (Papa León, 22 de junio, 2025)

LAS PALABRAS DEL PAPA

Los Cantos del Siervo de Yahveh encuentran amplia resonancia en el Nuevo Testamento, desde el comienzo de la actividad mesiánica de Jesús. Ya la descripción del bautismo en el Jordán permite establecer un paralelismo con los textos de Isaías. Escribe Mateo: “Bautizado Jesús. ... he aquí que se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como paloma y venir sobre Él” (Mt 3 16); en Isaías se dice: “He puesto mi espíritu sobre Él” (Is 42, 1). El Evangelista añade: “Mientras una voz del cielo decía: Esté es mi Hijo amado, en quien tengo mis complacencias” (Mt 3, 17), y en Isaías Dios dice del Siervo: “Mi elegido en quien se complace mi alma” (Is 42, 1). Juan Bautista señala a Jesús que se acerca al Jordán, con las palabras: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29), exclamación que representa casi una síntesis del contenido del Canto tercero y cuarto sobre el Siervo de Yahveh sufriente. (…) Como los Evangelios, también los Hechos de los Apóstoles demuestran que la primera generación de los discípulos de Cristo, comenzando por los Apóstoles, está profundamente convencida de que en Jesús se cumplió todo lo que el Profeta Isaías había anunciado en sus Cantos inspirados: que Jesús es el elegido Siervo de Dios (cf. por ejemplo, Act 3, 13; 3, 26; 4, 27; 4, 30; 1 Pe 2, 22-25), que cumple la misión del Siervo de Yahveh y trae la nueva ley, es la luz y alianza para todas las naciones (cf. Act 13, 46-47). (San Juan Pablo II – Audiencia general, 25 de febrero de 1987)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.