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19-oct.-2024, sábado de la 28.ª semana del Tiempo Ordinario

«El que no se ponga de mi parte ante los hombres, que no cuente conmigo ante los ángeles de Dios»

Otro día en el que el clarear de la mañana viene a nosotros y se convierte en fuente de inspiración para lo que realizaremos durante esta jornada. 

En las lecturas de este día, en su carta a los Efesios, Pablo no pide para ellos nada material, sino un espíritu de sabiduría y una revelación para que conozcan plenamente a Dios Padre y su fuerza poderosa que se manifestó en tu resurrección. Eso es todo lo que necesitan para ser felices. Y eso es lo único que necesitamos nosotros hoy para ser felices. Hemos sido llamados a una esperanza y tenemos por herencia una gloria, pero son tantas las distracciones de este mundo que no disfrutamos de ello, y andamos pidiendo la felicidad a quien no nos la puede dar. Si en la primera lectura Pablo pedía el Espíritu para los Efesios, a fin de que conocieran a Dios y su acción poderosa, ahora eres Tú mismo quien dice a tus apóstoles —y hoy a nosotros— que no temamos cuando tengamos que dar testimonio porque el Espíritu pondrá en nuestras bocas las palabras oportunas.

Queramos o no queramos, muchas veces tenemos que dar testimonio de Ti en nuestro entorno. A veces callamos por vergüenza, por cobardía, por no quedar mal, por comodidad. Eres claro, al decirnos: «el que no se ponga de mi parte ante los hombres, que no cuente conmigo ante los ángeles de Dios». Nuestro caminar sea perfecto en este día y podamos compartir con nuestros hermanos lo que tú nos regalas: tu presencia y tu amor. 

Feliz y anhelado fin de semana. Nuestra Señora, la Virgencita, nos auxilie y nos proteja.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.