«Encontré a David, hijo de Jesé, un hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todo lo que yo quiero».
Hermosas palabras con las que podemos iniciar nuestro fin de semana. Ojalá pudiéramos pensar que Tú digas lo mismo de nosotros. Somos débiles al igual que David, envuelto en debilidades como cualquier ser humano, pero con unos sentimientos nobles y profundos en los que el amor se destaca y está por encima del odio y la venganza, del rencor y la traición, del egoísmo y la ambición. Tú conoces también nuestros corazones y sabes que tenemos en ellos la humildad y sencillez que tú mismo nos has regalado. Muchas veces, Señor, somos sorprendidos por actitudes negativas por parte de nuestros cercanos. Son actitudes que tú también tuviste con tu familia. Permítenos vivir en armonía y con verdaderos sentimientos de comprensión, de amor y de entrega, donde podamos apoyarnos y tener tus mismos ideales, cuando tú dijiste: “mi madre, mi padre y mis hermanos son los que escuchan su palabra y la ponen en práctica”. Ayúdanos, Señor, a vivir este sábado en tu presencia y con corazón agradecido.
Nuestra Madre Santísima nos guarde en su Santo Regazo y nos cubra con su Santo Manto.
Un muy feliz y merecido descanso de fin de semana. Sonríe Dios te ama.