Día propicio para darte gracias, Señor, porque nos hemos podido levantar, hemos podido contemplar un nuevo amanecer y hemos sentido tú presencia en nuestro corazón. En este día permite que tu palabra nos inspire, porque por medio de ella aprendemos a conocerte mejor y a estimarte más profundamente a través de las vidas de los santos, como la de Luis Gonzaga. San Luis Gonzaga te imitó en su total entrega, incluso a costa de su vida. Que su vida y su muerte nos inspiren. Ayúdanos a ser austeros y frugales como él, pero también fuertes y recios de carácter; ayúdanos a poner totalmente nuestra vida al servicio de nuestros hermanos y a responderte sinceramente: «aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad».
Ayúdanos a superar el miedo de ponernos en manos de nuestros hermanos para servirles sin reservas. Que sigamos el ejemplo de Pablo y su fortaleza para soportar y superar todas las dificultades que tuvo que afrontar por amor a Ti y a tu palabra. Que sepamos amar y servir con generosidad, ya que bondadosamente todo lo hemos recibido de tus manos. Guárdanos en tu amor y guíanos en este día, para que todo lo que realizaremos sea para atesorar bienes celestiales en nuestro corazón Amén.
Un muy esperanzador y santificado viernes.
LAS PALABRAS DE LOS PAPAS
… ¿dónde está tu tesoro? ¿Cuál es para ti la realidad más importante, más valiosa, la realidad que atrae mi corazón como un imán? ¿Qué es lo que atrae tu corazón? ¿Puedo decir que es el amor de Dios? ¿Están las ganas de hacer el bien a los demás, de vivir para el Señor y para nuestros hermanos? ¿Puedo decir esto? Cada uno responda en su corazón. Pero alguien puede decirme: Padre, pero yo soy uno que trabaja, que tiene familia, para mí la realidad más importante es sacar adelante a mi familia, el trabajo... Cierto, es verdad, es importante. Pero, ¿cuál es la fuerza que mantiene unida a la familia? Es precisamente el amor, y quien siembra el amor en nuestro corazón es Dios, el amor de Dios, es precisamente el amor de Dios quien da sentido a los pequeños compromisos cotidianos e incluso ayuda a afrontar las grandes pruebas. Este es el verdadero tesoro del hombre. Seguir adelante en la vida con amor, con ese amor que el Señor sembró en el corazón, con el amor de Dios. Este es el verdadero tesoro. (Papa Francisco - Ángelus, 11 de agosto de 2013)