Esperanzador inicio de día, dando gracias a Dios por todo lo que nos concederá. «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu Palabra». Madre, estas palabras tuyas no son una simple expresión de buenos deseos, sino un programa de vida. Tú te declaras servidora, e inmediatamente lo pones por obra. Te levantas y te pones en camino, deprisa. Gracias por enseñarnos el espíritu del verdadero servicio que es poner en el centro a los necesitados de tu apoyo.
Tú fuiste a servir a tu prima Isabel y proclamaste las maravillas que el Señor hizo en ti. Hoy te pedimos que nos ayudes a tener la certeza de proclamar las obras que el Señor realiza en nuestras vidas y que nos ayudan a realizarlas en nuestros hermanos. Permite Madre que exclamemos como Isabel la felicidad de que nos visites. Ahora Señor te damos gracias porque nos das en tu Madre la mayor prenda de tu amor. Que hoy vivamos en felicidad y servicio todo lo que nos regalas y que humildemente lo llevemos a nuestros hermanos. Gracias por el amor anhelante que encontramos hoy en el libro Cantar de los Cantares, y que lo sentimos como esperanzador de cosas lindas que también vienen a cada uno de nosotros: “el invierno ha pasado, brotan las flores en el campo”. Hoy en el jardín de nuestro corazón, brotará la fe, la esperanza y la caridad. Bendícenos en tu amor, danos la alegría y fortaleza, para servir a nuestros hermanos. Feliz inicio de actividades, llenos de paciencia y tranquilidad.