Hoy, Señor, te damos gracias por todo lo que de tus manos generosas recibimos y que muchas veces pensamos más en lo que nos hace falta y no lo que tenemos y tú nos has dado: la salud, el bienestar, nuestras familias, nuestros trabajos, nuestros amigos, bienes materiales, etc., tanto que tenemos para dar y compartir. Hoy nuestra Madre nos enseña a ser agradecidos: “porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”. Y Ana que cede todo su amor en su hijo.
Ayúdanos, Señor a ser generosos, a saber compartir nuestro tiempo, nuestros corazones, nuestras alegrías, nuestras vidas con aquellos que amamos y que son la mayor riqueza que nos has podido regalar. Por todas las cosas buenas que hemos experimentado en la vida. Acepta nuestra alegría y gratitud por el amor y la generosidad que nos otorgas. Por más pobres que seamos, la mayor riqueza está en nuestros corazones. Líbranos de nuestros egoísmos y, ya que somos débiles, danos fuerza para hacer del amor y el servicio el fundamento de nuestras vidas.
Alabemos al Señor con alegría agradecida y jubilosa esperanza. Dios responde a nuestras peticiones. Dos días nos quedan para arreglar el cuarto de nuestro corazón para nuestro huésped de honor.
Un muy feliz y santo inicio de fin de semana y en todo momento corazón agradecido.