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22-ene.-2024, lunes de la 3.ª semana del Tiempo Ordinario

Danos sabiduría para reflexionar sobre tu palabra como Buena Nueva, para que ella haga más profunda nuestra fe

Comienza a nacer otro día y otra semana en nuestras vidas, que iniciaremos tomados de tu mano y llenos de tu amor. Gracias, Señor, porque despertamos con renovadas fuerzas y queremos afrontar lo que será nuestra jornada y lo hacemos en alegría y optimismo. Hoy decimos: “fuera pereza, entra optimismo; fuera tristeza, entra alegría; fuera el mal, entre todo bien”.

Danos sabiduría para reflexionar sobre tu palabra como Buena Nueva, para que ella haga más profunda nuestra fe. No permitas que la escondamos, hazla brillar en cada uno de nosotros, en todas nuestras actividades, en nuestras familias, como luz resplandeciente que ilumine a todos. Que no seamos nosotros, sino tu amor y tu bondad los que nos animen a realizar tus obras y acciones y lo hagamos con alegría y optimismo. Que esta nueva jornada, nueva semana que iniciamos la emprendamos con la seguridad de que estás a nuestro lado e iluminarás nuestros pasos. Que los pesimistas no nos hagan perder nuestro rumbo y nuestro deseo de hacer las cosas según tu voluntad, sino que les ayudemos a confiar en ti. Que tú seas nuestro refugio y fortaleza en el diario caminar que emprendemos. Bendícenos y abre nuestros corazones a tu querer.

Feliz inicio de semana y buenas y productivas obras. Con ánimo y en el Nombre del Señor Jesús, echemos las redes.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Perverso maestro es el diablo, que mezcla muchas veces lo falso con lo verdadero, para encubrir con apariencia de verdad el testimonio del engaño» (san Beda el venerable)

* «A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, la idea del mal. ¡Pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! Aunque no estéis muy convencidos de ello» (Francisco)

* «Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús. (…) Por tanto, los milagros fortalecen la fe en Aquél que hace las obras de su Padre: éstas testimonian que Él es Hijo de Dios. Pero también pueden ser “ocasión de escándalo”. No pretenden satisfacer la curiosidad ni los deseos mágicos. A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos; incluso se le acusa de obrar movido por los demonios» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 548)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.