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23-oct.-2024, miércoles de la 29.ª semana del Tiempo Ordinario

«Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá»

Buen y bendecido día para dar gracias por este nuevo amanecer lleno de esperanza, confianza y optimismo. Te pedimos que nuestra jornada sea llena de bendiciones y servicio a nuestros hermanos. Hoy celebramos la memoria de un hombre que centró toda su existencia en la llegada de Jesucristo a su vida y en el deseo de que esta riqueza llegara también a la vida de sus hermanos: san Antonio María Claret. Si se tuviese que sintetizar en pocas palabras la vida de este gran apóstol, elegiríamos la oración que rezaba en cada misión que emprendía —en medio de fuertes calores, fríos, guerras, calumnias y peligros—: “Señor y Padre mío, que te conozca y te haga conocer, que te ame y te haga amar, que te sirva y te haga servir, que te alabe y te haga alabar por todas tus criaturas”. Esta oración expresa la profunda fe y confianza. Hoy nos sigues insistiendo en que hemos de estar vigilantes a tu llegada. No sabemos ni el día ni la hora. Tu llegada se asemeja a la sorpresa causada por la irrupción inesperada del ladrón o la inspección imprevista del amo. Tú llegas a nuestras vidas cada día, pero, si no estamos vigilantes, nos podemos quedar sin disfrutar de la dicha de tu presencia. Nos pasa muchas veces. ¡Cuántas noches llegamos a la cama con el corazón vacío y triste, sin haber acogido tu gracia, tu sabiduría y tu amor! Pero tú eres muy directo: nuestra vida se vive en expectación y acogida de tu Presencia que todo lo llena de sentido o divagamos en distracciones que nos hacen ir de un lado a otro buscando cosas que nos sumergen en las superficialidades o inutilismos. Danos la capacidad de ser verdaderos y generosos administradores de la vida que tú nos regalas, de la vida de nuestros hermanos en el servicio y de todo lo que tú nos has confiado. Señor, que seamos verdaderos administradores y que lo hagamos no buscando más recompensa que la que viene de tus manos y que tengamos muy en cuenta tus palabras: «Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá»

Como buenos administradores del Don de Dios, iniciemos nuestras labores con alegría, esperanza y deseos de hacer las cosas muy bien: generosidad, disponibilidad y mucho ánimo. Feliz, bendecido y fructífero miércoles.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.