Pasar al contenido principal

27-dic.-2023, día 3 de la Octava de Navidad

Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista

Embriagados en el Amor recién nacido, te damos gracias por otro día de alegría, optimismo y felicidad. Gracias por estar en medio de nosotros. Hoy vivimos para amar y poder soñar con alegría lo que tú nos quieres regalar. Señor, Dios nuestro, tú eres amor, el amor mismo personificado.

Sabemos que tú nos amaste primero antes de que nosotros pudiéramos amarte. Te pedimos que la experiencia inolvidable de tu “querido apóstol” Juan llegue también a ser nuestra profunda y perenne experiencia.

Que el amor que nos has mostrado nos mueva, a cambio, a amarte muy profundamente, y que este amor se derrame sobre todos los que encontremos en nuestra vida. Que sean dones de tu bondad por los cuales nos ponemos a tu disposición para amarte en nuestros hermanos. Queremos responder al calor de tu amor cuidando a nuestros hermanos.

Juan insiste en que nos deberíamos amar unos a otros como Tú nos amas. Nos pides vivir en ti, como tú vives en nosotros. Que ojalá nosotros permanezcamos y crezcamos en tu amor; danos la gracia de entender y poner en práctica que el corazón de tu palabra es el amor hacia ti y hacia los hermanos. Que nuestras palabras y obras den testimonio de que creemos y nos alegramos en ti como nuestro Señor y Dador de vida, danos la gracia de ser alegres, que nos sintamos seguros porque sabemos que vivimos en tu presencia.

Gracias por la grandeza de tu amor, reflejada en tu apóstol Juan, “el discípulo del amor”. Déjanos recostar en tu hombro como Juan. Que tu bendición descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre. Nuestra fe sea confiar en ti, nuestra generosidad sea el amor y nuestros sentimientos sean los tuyos.

No olvidemos que la SEMILLA germinó pero hay que seguir regándola con agua de esperanza y solidaridad, abono de servicio y fraternidad. Hermoso y amoroso miércoles para todos.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Juan, junto al pesebre nos dice: mirad lo que se concede a quien se entrega a Dios con corazón puro. Estos participarán de la total e inagotable plenitud de la vida humano-divina de Cristo como recompensa real» (santa Teresa Benedicta de la Cruz).

* «¿Qué mejor comentario del ‘mandamiento nuevo’, del que habla san Juan? Pidamos al Padre que lo vivamos, aunque sea siempre de modo imperfecto, tan intensamente que contagiemos a las personas con quienes nos encontramos en nuestro camino» (Benedicto XVI).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.