
Peregrinos de esperanza, caminantes de ilusiones, compañeros de solidaridad, acompañantes de fraternidad y generosidad. Hoy en este nuevo amanecer radiante, vamos iniciando nuestra travesía de cuaresma vamos saliendo como verdaderos peregrinos y contamos como compañero de travesía Con tu presencia, que es lo más grande para nosotros. Nos vamos a iniciar un camino en el que encontraremos hay muchos a muchos de nuestros hermanos quizá en soledad o tristeza que han iniciado sin rumbo esta travesía.
Llevamos llevamos nuestra mochila, nuestras sandalias, nuestro bastón. Ahora estará vacía nuestra mochila, pero la llenaremos con nuestras buenas obras y acciones para compartir no solo tu palabra, sino también el agua del consuelo y el pan de la generosidad. Sabemos que vamos a sentir sed y hambre, pero Tú vas con nosotros.
Ahora, con muchas ilusiones y deseos de conversión, iniciamos en tu nombre este tiempo de Cuaresma que tú nos regalas, para disponernos a regresar a la casa del Padre misericordioso, arrepentidos por tantos momentos en que hemos faltado.
Hoy es el momento preciso para vivir nuestra Cuaresma, y te pedimos que sea tiempo para quitarnos las máscaras y volver nuestro rostro y nuestro corazón hacia Ti y hacia los hermanos. En el camino de este santo tiempo ayúdanos a reflexionar sobre el verdadero sentido de nuestra vida: ¿Quién soy yo y para qué estoy en este mundo? ¿Estoy viviendo para Dios y para nuestros hermanos? Hoy nos invitas a recibir la ceniza en nuestra frente con la invitación “Aléjate del pecado y sé fiel al evangelio”. Permítenos volver a Ti y al Padre bondadoso.
Nuestro morir tiene que ser al hombre viejo, para que en la Pascua resucitemos Contigo, al hombre nuevo, el hombre del amor y del servicio. Que nuestro camino de peregrinos, sea el arrepentimiento, la conversión y la disponibilidad con las tres actitudes que hoy nos señalas: limosna, es decir, preocuparnos y cuidar de nuestros hermanos; oración, escuchando Tu palabra y dándole una respuesta de amor y compromiso; y ayuno, controlando nuestras pasiones y renunciando a nuestro egoísmo. Que hoy sea un día lleno de amor en tu presencia y nos ilumines y fortalezcas para emprender nuestro camino a la Casa del Padre.
Un muy feliz y esperanzador inicio de travesía en este miércoles de ceniza y un fructífero inicio de Cuaresma.
ORACIÓN
Dios Padre lleno de amor, tú que constantemente nos invitas a salir de nosotros para ir al encuentro del hermano necesitado, del mismo modo que tú has salido a nuestro encuentro en la persona de tu Hijo Jesucristo, ayúdanos a ser dóciles a las mociones del Espíritu Santo que nos invita a socorrer a quien espera tendido en el camino de la vida, para que merezcamos algún día vivir juntamente contigo en el cielo.
PROPÓSITO
“Haré mi plan para la travesía de la Cuaresma. Bajo el signo de la ceniza seré peregrino de la esperanza.”