Nos bendice el amor de Dios y nos da la posibilidad en este día de iniciar nuestras labores en sus manos. Qué bueno y hermoso abrir en este día miércoles nuestros corazones para cumplir la voluntad del Padre en el amor. ¿De qué estamos cansados? ¿Del ritmo de vida que llevamos? ¿De esa relación personal que no termina de arreglarse? ¿De la falta de comprensión que los demás tienen hacia nosotros? ¿De que las cosas no salen como quisieras? ¿De que no nos hacen caso? ¿Cansados porque las cosas no salen como esperamos? ¿De qué estamos cansados? Pensémoslo y expresémoslo con sinceridad, sin engañarnos. Escuchémonos y desahoguémonos con el Señor en la oración de hoy, porque Él, a través de su Palabra, nos hace una invitación muy concreta: ¡Ven y descansa! Ven a mí si estás agobiado. Confía en mí.
Señor, gracias por la invitación a que hoy encontremos momentos de paz, en medio de nuestras rutinas diarias, para orar descansando; para abrir nuestro corazón a Ti y enseñarte todos nuestros cansancios, que muchas veces no nos dejan vivir, que nos restan energías y nos quitan la alegría y la esperanza, para dejar que la fuerza de la gracia que nos llega a través del Espíritu Santo reponga nuestras fuerzas, toque nuestras heridas y alivie nuestras cargas. Queremos dejarnos amar por ti. Vamos iniciando nuestro camino para alistar el jardín de nuestro corazón, quitando las hojas secas de nuestra mentira, arrancando la hierba del egoísmo y removiendo la tierra de la pereza. Recordemos: “En el jardín de nuestros corazones, nacerá el amor de Dios”.
No olvidemos prender una velita en honor a nuestra Madre, pero sobre todo haciendo una oración de petición y de acción de gracias. Prendamos una velita por nuestras intenciones, especialmente nuestros enfermos y nuestras familias.
Que san Ambrosio obispo ilumine nuestro día en el amor de María. Bendigamos al Señor.
Felicidades. Esta noche los invito a la Eucaristía de 6:00 p. m. y luego a la VIGILIA en honor de Nuestra Madre Santísima. Transmisión por Facebook y YouTube. Abrazos y bendiciones.
ORACIÓN
Oh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Reflexión del papa Francisco
El Señor no reserva esta frase para algunos amigos suyos, no; la dirige a "todos" los que están cansados y agobiados por la vida. ¿Y quién puede sentirse excluido de esta invitación? El Señor sabe lo ardua que puede ser la vida. Sabe que hay muchas cosas que cansan el corazón: decepciones y heridas del pasado, cargas que llevar y agravios que soportar en el presente, incertidumbres y preocupaciones por el futuro... Él nos espera; siempre nos espera. No para resolver mágicamente los problemas, sino para fortalecernos en medio de nuestros problemas.
