Poco a poco van terminando las celebraciones que han llenado de gozo nuestros corazones y son para nosotros otra motivación para seguir experimentando la felicidad de la Navidad. Al celebrar esta fiesta, pensemos que los reyes magos eran gente que observaba los cielos, que exploraba el horizonte en la noche buscando una luz, buscando una gracia, buscando una verdad, una sabiduría, y la encontraron en Ti; descubrieron tu amor, vinieron a satisfacer todas sus necesidades y anhelos. Hoy queremos pedirte que Tú seas nuestra epifanía y en ti encontremos respuestas a nuestros interrogantes más profundos, a nuestras búsquedas de alegría y de paz, y que nosotros mismos seamos epifanía para todos los que nos rodean.
Gracias, Señor, porque sigues manifestándote en nuestras vidas, con misericordia y amor. Queremos verte presente en nuestra cotidianidad y acoger los signos permanentes de tu salvación; queremos ofrecerte hoy nuestra vida, nuestras actividades, nuestros corazones. Que el incienso sea nuestra fe en ti; la mirra, nuestra esperanza; y el oro, nuestras vidas, para que tú seas conocido cada vez más y tu Reino se establezca en medio de nosotros. La alegría que experimentó Isaías junto con el pueblo, sean la luz que brilla con más esplendor y tu verdadera gloria permanezca en nosotros.
¿QUÉ REGALOS QUEREMOS DARLE AL SEÑOR? ¿nuestro corazón? ¿nuestros sentimientos? ¿nuestro servicio y entrega? ¿nuestro ser? ¿nuestras familias?
Feliz y generoso Domingo. Feliz fiesta de los Reyes Magos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
* «Que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas (…). Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo» (san León Magno).
* «El misterio de la Navidad se irradia sobre la tierra, difundiéndose en círculos concéntricos: la Sagrada Familia de Nazaret, los pastores de Belén y, finalmente, los Magos, que constituyen las primicias de los pueblos paganos» (Benedicto XVI).
* «La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná, la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos “magos” venidos de Oriente (Mt 2,1) En estos “magos”, representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 528).