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7-nov.-2025, viernes de la 31.ª semana del T. O.

Te damos gracias al concluir nuestra semana laboral por todos los beneficios que nos has concedido y que son de tu generosidad y bondad para nosotros.

Te damos gracias al concluir nuestra semana laboral por todos los beneficios que nos has concedido y que son de tu generosidad y bondad para nosotros. Por la palabra que nos ha orientado y guiado y la esperanza que hemos podido compartir.

Regálanos tu Espíritu para meditar y poner en práctica lo que hoy esperas de nosotros. Nos invitas a comprender la parábola del administrador infiel, el cual, al ver que va a ser privado y destituido de su puesto, se las ingenia para granjearse el aprecio de los deudores de su amo. Según la tradición judía, los administradores podían incrementar los intereses de las deudas en beneficio propio, y este demuestra ser muy sagaz renunciando a su propio beneficio, para que el deudor esté agradecido y lo pueda recibir cuando se quede sin trabajo. Esta sagacidad es la que su amo alaba, por haber renunciado a su propio beneficio, para conseguir el agradecimiento de los que debían, sin perjudicar la cantidad de deuda que habían adquirido con su señor.

Por eso nos dices que los hijos de este mundo, aquellos que carecen de honestidad, son más astutos con los similares, que los hijos de la luz, o sea, aquellos que actúan con total honestidad y honradez. Permítenos ser astutos y sagaces obrando siempre el bien para poder vencer el mal. Que nuestra sagacidad la demostremos no por ser malos administradores sino al contrario, por obrar siempre el bien y administrar lo que nos regalas rectamente. Que seamos buenos consejeros como nos dice Pablo y administradores agradecidos de lo recibido. Concédenos, Señor, la prudencia para saber administrar nuestra propia vida, con la actitud de quien sabe dar con alegría al compartir su pan con el hambriento. Amén. 

Un muy feliz y bien administrado viernes, lleno de bendiciones. 

ORACIÓN 

Señor, gracias por la oportunidad de volver a empezar, de aprender de mis errores y de servirte con mayor fidelidad. Hoy quiero pedirte que me enseñes a ser un buen administrador de todo lo que colocas en mis manos: el tiempo, los talentos, las palabras y los bienes que me confías para hacer el bien. No permitas que mi corazón se apegue a lo pasajero, sino que mire siempre hacia la eternidad. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo

Hoy leemos en el Evangelio una enseñanza de Jesús sobre el uso de los bienes y la inteligencia. El administrador de la parábola actuaba pensando en lo que le iba a suceder cuando perdiera su trabajo, si iba a tener los recursos necesarios para sostener la vida a la que estaba acostumbrado. Así como él, nosotros los creyentes debemos actuar pensando, pero en la vida eterna. 

Jesús lo pone de ejemplo por la astucia y la previsión del administrador y nos invita a utilizarla para asegurar nuestro futuro espiritual. Dios nos ha puesto como administradores de todo lo que tenemos, material y espiritual. Es decir, todo lo que tenemos le pertenece a Dios y un día, cuando lleguemos a su presencia, Él nos va a pedir cuentas de cómo lo hemos utilizado: nuestra vida, nuestra familia, nuestra salud, los bienes materiales y también los espirituales, ¿cómo hemos formado a nuestros hijos? ¿qué testimonio hemos dado en nuestro trabajo y en nuestra comunidad? 

Esta parábola nos invita a analizar estos dos puntos sobre el tema de la administración de los recursos. Primero, la planificación, así como dedicamos tiempo para planificar nuestras finanzas, el trabajo, el descanso, las vacaciones, debemos también dedicar un tiempo para planificar nuestra vida de oración, el servicio y el crecimiento espiritual, orar diariamente un tiempo adecuado, mejorar en el servicio que presto a mi comunidad parroquial y participar, cuando menos, en un retiro al año, pues todo esto tiene un valor eterno. 

Usa tus recursos como un instrumento para la construcción del Reino. Jesús nos invita a ser astutos y previsores con los bienes que Dios ha puesto en nuestras manos.  

Pregunta:

¿Qué dones o recursos me ha confiado Dios y cómo los estoy administrando?

Cita bíblica del día.

"No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, sino haceos tesoros en el cielo". (Mateo 6,19-20).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.