Al inicio del día y de la semana, permítenos confiar en ti, ser dóciles a tu palabra, vivir plenamente la experiencia de tu amor y dejarnos guiar por el Espíritu para toda clase de palabras y buenas obras. Al iniciar nuestra semana, Señor, te pedimos que nuestras acciones, obras y actitudes sean llenas de esperanza, generosidad y optimismo, para que a su término estemos con el corazón agradecido y satisfecho por todo lo que hayamos podido realizar. Que seamos artesanos humildes para dejarnos moldear y para ayudar a moldear. Queremos ser arcilla entre tus manos. Guárdanos libres de toda esclavitud, en cualquier forma que se presente: primeramente, libres del mal y de la esclavitud del pecado, de nuestros propios temores y complejos, también de las presiones de la gente, para que seamos fieles a tu palabra. Perdónanos por las ocasiones en que parece que prefiriésemos vivir en la esclavitud de nuestras costumbres o pecados, de nuestros horizontes tal vez cortos y sin rumbo, sin querer cambiar de actitudes hacia una mayor felicidad. No permitas, Señor, que estemos pidiendo signos y señales, ya que el mayor signo eres Tú mismo y la señal más adecuada nuestra continúa conversión. Danos la gracia de mantenernos firmes y que nuestras acciones sean según tu querer. Amén.
Feliz inicio de día y de semana.
Oración en el inicio de nuestras labores cotidianas
Mi buen Señor, hoy inicio una semana de trabajo. te doy gracias por ella y la entrego en tu presencia para que tú dirijas mis pasos. Toma en tus manos todos y cada uno de los días de esta semana, juntamente con lo que ellos traigan.
Que yo pueda descansar en Ti, porque me guardas y diriges. Mira las reuniones, eventos, informes, encuentros, a lo que debo hacer frente, dame de tu sabiduría para hacerlo lo mejor que pueda, Tú eres mi guía y estoy seguro de que todo saldrá bien. Amén.
Feliz, esperanzador y bendecido lunes.
UN ESPACIO PARA LA REFLEXIÓN
El camino de la vida
La madre se inclina sobre el carro de su bebé. Le pasa por encima una pelota perseguida por colegiales. Al fondo, una pareja joven revuelve su café mañanero en el bar. Miran cómo ejecutivos trajeados cruzan la calle, adelantando a un anciano silencioso con su periódico bajo el brazo… En cada instante del día a día, es posible ver todo el camino de la vida desde el niño que fuimos hasta el viejo que seremos. ¡Curiosa forma que tiene el presente para ayudarnos a comprender lo que somos! (Francisco José Ruiz Pérez, sj)