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12-abr.-2023, miércoles de la Octava de Pascua

«Han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron…» ¿cómo vamos con la Resurrección del Señor? ¿cómo ha sido nuestro testimonio?

«Han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron…» Ya han pasado tres días, ¿cómo vamos con la Resurrección del Señor? ¿cómo ha sido nuestro testimonio?

Uno de los discípulos duda, no hay certeza plena. Hoy ya llegamos al cuarto día de alegría y felicidad por tu Resurrección; ¿hasta dónde pensamos llegar? Hoy tenemos que decirte: gracias, Señor, por un nuevo día y nuevos ánimos para amar y servir. Igual que los discípulos llevan la alegría del encuentro contigo, permítenos ser testigos creíbles de la Resurrección, sirviendo y llevando alegría y esperanza a nuestros hermanos. Otro testimonio es el de Pedro, lleno de valentía y de fe: «No tengo oro ni plata, pero te doy lo que tengo. En el Nombre del Señor Jesús, levántate y anda». Hermosas palabras de fe, que ojalá fueran las nuestras: en tu nombre amaré; en tu nombre serviré y en tu nombre me confiaré. Gracias, Señor, por darnos la ocasión y la oportunidad de ser verdaderos testigos de tu Resurrección. Que esta sea una jornada de generosidad y de satisfacciones compartidas y vividas.

Feliz y santificado, servidor y testimonial miércoles de Resurrección. Los abrazo y los bendigo. Amén.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

El encuentro de Jesús con esos dos discípulos parece ser del todo casual: se parece a uno de tantos cruces que suceden en la vida. Los dos discípulos caminan pensando y un desconocido se acerca a ellos. Es Jesús; pero sus ojos no son capaces de reconocerlo. Y entonces Jesús comienza su “terapia de esperanza”. Esto que sucede en este camino es una terapia de la esperanza. ¿Quién la hace? Jesús.  Sobre todo, pregunta y escucha: nuestro Dios no es un Dios entrometido. Incluso si ya conoce el motivo de la decepción de esos dos, les deja el tiempo para poder comprender en profundidad la amargura que les ha vencido. Sale una confesión que es como un coro de la existencia humana: «Nosotros esperábamos, pero... Nosotros esperábamos..., pero...» (v. 21). ¡Cuántas tristezas, cuántas derrotas, cuántos fracasos hay en la vida de cada persona! En el fondo, todos somos un poco como esos dos discípulos. Cuántas veces en la vida hemos esperado, cuántas veces nos hemos sentido a un paso de la felicidad, y después nos hemos encontrado de nuevo en tierra decepcionados. Pero Jesús camina con todas las personas desconfianzas que van cabizbajos. Y caminando con ellos, de forma discreta, consigue dar de nuevo esperanza. (Papa Francisco, Audiencia general, Plaza San Pedro, miércoles, 24 mayo 2017)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.