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29-abr.-2025, martes de la 2.ª semana de Pascua

«El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común».

Bendecidos en tu amor y misericordia, Señor, te damos gracias al amanecer y te pedimos nos bendigas, guardes y protejas durante nuestra jornada. 

Tú, Jesús Resucitado, has venido para vivir en nosotros. Haz que sepamos verte con ojos de fe para unirnos en una sola mente y un solo corazón. Que tu presencia entre nosotros nos mueva a convertirnos contigo en alimento, los unos para los otros, para que nadie pase hambre de alimento material o de ayuda espiritual. Que seamos portadores de verdadera caridad y fuentes de amor sincero. Que ningún hermano sienta abandonado cuando se encuentre afligido y angustiado y, por el contrario, aprendamos de Ti a ser fieles compañeros de todos los que necesiten de nosotros y, junto con el consuelo y ayuda ofrecidos, nos demos también a nosotros mismos como Tú lo hiciste y sigues haciéndolo. 

seamos generosos con nuestros hermanos.Al acercarnos al final de este mes tan especial te damos gracias por todo el camino recorrido. Por todas las alegrías y tristezas, las satisfacciones y las dificultades, por nuestras familias, nuestros trabajos y sobre todo por la salud y el bienestar. Gracias Señor, te alabamos, te bendecimos y te glorificamos. Amén.

Seamos generosos con nuestros hermanos. Recordemos en este día la palabra en Hechos de los Apóstoles: «El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común». Feliz y santo martes. 

MEDITACIÓN 

A veces soy como Nicodemo, muy condicionado por mi experiencia de vida, mi educación, mis prejuicios. A veces me cuesta entender quién realmente es Jesús. Yo también a veces voy de noche a escondidas a tratar de encontrarlo.  A veces lo encuentro ahí, en la oscuridad. Pero, a veces me olvido de buscarlo en mis hermanos y hermanas necesitadas, porque es en el encuentro real con ellos que también hallo mi salvación. Si Jesús fue exaltado sobre la cruz, me pregunto: ¿Cómo interpreto su significado? ¿Cómo puede ser exaltada la cruz cuando es un arma de tortura? ¿Acepto mi cruz o cruces diarias? ¿Valen como modelo y enseñanza para otros Nicodemos? ¿Entiendo lo que me dice Jesús? ¿Me doy cuenta de lo que eso implica para mi vida? ¿Mis cruces son instrumentos de tortura o de salvación? ¿Realmente creo que Jesús nos (me) salva a través de su cruz? ¿Cómo veo a Dios, es un Dios condenador o salvador? ¿Creo realmente que Dios nos amó tanto al mundo y a mí?

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.