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12-dic.-2023, martes de la 2.ª semana de Adviento

«NO TENGAS MIEDO, ¿ACASO NO SOY TU MADRE?»

Hoy te damos gracias por tu bondad y misericordia, por el día que comenzamos y las labores que realizaremos. Sabemos que debemos levantar nuestra voz de esperanza y allanar los senderos que se presentan como obstáculos y abajar las colinas de las dificultades para iniciar verdaderamente en alegría y con mucho optimismo este tiempo en que se acerca nuestra liberación y salvación.

En el caminar de nuestro diario vivir queremos hacer las cosas con cariño, pero ante todo con mucha fe y esperanza. Para ello tenemos a Nuestra Madre Santísima en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe y nos sentimos felices, porque sabemos que ella es nuestro auxilio y amparo en cada momento de nuestras vidas e intercesora ante ti en nuestras necesidades.

En este día nuestra oración sea elevada al amor de Nuestra Madre y ella sea nuestra intercesora. Como María, dejemos todo y vayamos a comunicar y a buscar. Ella fue aprisa a la montaña y buscó a su prima Isabel para comunicarle lo que el Ángel le había dicho. Hoy nosotros vayamos a buscar la oveja perdida, la que está triste, en soledad y a veces desorientada y ayudémosla con nuestras palabras de consuelo.

MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA, DICHOSA TÚ QUE HAS CREÍDO, INTERCEDE POR NOSOTROS. «NO TENGAS MIEDO, ¿ACASO NO SOY TU MADRE?»

ORACIÓN A LA VIRGENCITA DE GUADALUPE

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra, venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia.

Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado" cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac. Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras.

Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe. Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre.

Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.