Alegre y esperanzador inicio de día y bondadoso despertar el que nos concedes. Te bendecimos y te glorificamos, Señor. Con frecuencia sentimos que nuestra fe es puesta a prueba en la confusión de nuestro tiempo. Hoy te pedimos que el Espíritu Santo hable por nosotros cuando encontremos contradicciones a causa de tu palabra. Qué él sea nuestra fortaleza y nuestra paz ante nuestras incertidumbres e inseguridades. Permanece con nosotros y guíanos por los caminos que tú nos propones. Que sintamos que la bondad del Padre nos da el empuje restaurador cuando el agobio nos sobrecoja y no tengamos fuerzas para levantar la cabeza. En este día de fe y esperanza, el rocío mañanero de tu amor, nos haga crecer, como sombra protectora y roble frondoso que asegura nuestras vidas y nos lleva a dar frutos abundantes de fe, esperanza y caridad, de servicio y entrega. No será fácil nuestro camino, pero confiamos en tu palabra y nos ponemos en tus manos, para que ante las dificultades todo lo podamos superar y como dice san Pablo: “todo lo puedo en Aquel que me fortalece”. Bendícenos, guárdanos y protégenos. Amén.
Feliz y santificado viernes.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
No se puede evangelizar solamente con la mente o solamente con el corazón o solamente con las manos. Todo se involucra. Y, en el estilo, lo importante es el testimonio, cómo nos quiere Jesús. Dice así: «Yo os envío como ovejas en medio de lobos» (v. 16). No nos pide que sepamos afrontar a los lobos, es decir, que seamos capaces de argumentar, contraatacar y defendernos: no. Nosotros pensaríamos así: llegamos a ser relevantes, numerosos, prestigiosos y el mundo nos escuchará y nos respetará y ganaremos a los lobos: no, no es así. No, os mando como ovejas, como corderos, esto es lo importante. Si tú no quieres ser oveja, el Señor no te defenderá de los lobos. Arréglatelas como puedas. Pero si tú eres oveja, está seguro que el Señor te defenderá de los lobos. Ser humildes. Nos pide que seamos así, mansos y con las ganas de ser inocentes, estar dispuestos al sacrificio; de hecho, el cordero representa esto: mansedumbre, inocencia, entrega, ternura. Y Él, el Pastor, reconocerá a sus corderos y les protegerá de los lobos. En cambio, los corderos disfrazados de lobos son desenmascarados y devorados. Escribía un Padre de la Iglesia: «Porque mientras somos ovejas, vencemos; aun cuando nos rodeen por todas partes manadas de lobos, los superamos y dominamos. Pero si nos hacemos lobos, quedamos derrotados, pues nos falta al punto mismo la ayuda del pastor. Como quiera que Él apacienta ovejas y no lobos» (san Juan Crisóstomo, Homilía 33 sobre el Evangelio de Mateo). (Audiencia general, 15 de febrero de 2023)