Por tantas cosas que nos das, por la vida y los sentimientos de gozo con los que nos regocijamos, te queremos decir: gracias, Señor.
Señor, Tú estás cercano a todos nosotros. No permitas que seamos soberbios y por tanto que nos confiemos en nosotros mismos.
Enséñanos más bien a ser humildes y sencillos, de forma que reconozcamos nuestras limitaciones y nos abramos a ti y a tu venida haciendo las cosas según tu querer, para que así podamos decir: iremos a trabajar a tu viña con deseos de hacer las cosas lo mejor posible y así la viña que nos encomiendas de fruto abundante. Que el cumplimiento de tu voluntad lo podamos hacer creyendo en tu palabra y ante todo manifestando tu amor.
Hoy, al celebrar a santa Lucía, te pedimos, Señor, que ella interceda por nosotros y nos ayude a ver con los ojos del corazón y este tiempo nos permita ver con claridad la soledad, la desesperanza, y el pesimismo de nuestros hermanos y podamos comunicar la verdadera alegría, y la esperanza que nos trae este tiempo de adviento que estamos viviendo. A ti, Señor, nos encomendamos, en ti confiamos y a ti nos acogemos. Amén.
Abramos el jardín de nuestros corazones, en la gran Viña de la esperanza y comencemos a quitar la maleza del egoísmo y la desobediencia.
ORACIÓN A SANTA LUCÍA
Santa Lucía, que de la luz recibiste tu nombre, a ti, confiadamente acudimos para que nos alcances la luz celestial que nos preserva del pecado y de las tinieblas del error. Creador y redentor señor Jesucristo, a quien, por tu intercesión, oh adorada protectora nuestra, esperamos ver y amar eternamente en la patria celestial. También te imploramos nos conserves la luz de nuestros ojos, con una abundante gracia para usar de ellos según la voluntad de dios. Haz, santa lucía, que, después de haberos venerado, finalmente podamos gozar en el cielo de la luz eterna de dios. Amén.