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13-feb.-2024, martes de la 6.ª semana del Tiempo Ordinario

Permítenos leer los signos de los tiempos desde nuestro corazón

Qué bellas palabras nos regalas, Señor, al inicio de este día por medio de la carta del apóstol Santiago: «dichoso el hombre que soporta la prueba porque una vez superada recibirá la corona de la vida». Ojalá al inicio de este día podamos encontrar nuestra fe y nuestra confianza puesta en ti, que no pensemos en ningún momento en nuestras dificultades, sino en nuestras alegrías y saber que tú nos fortaleces en todo momento. Danos la capacidad de entender que tú nunca nos darás nada que nos lleve por el camino equivocado y, al contrario, siempre quieres lo mejor para nosotros. Todo don procede de ti y por eso quieres que los compartamos con nuestros hermanos, amando y sirviendo, pero ante todo confiando en ti.

Hoy nuestras manos y todo nuestro ser, sean instrumentos de tu bondad y misericordia. Permítenos leer los signos de los tiempos desde nuestro corazón para que no tengas que decirnos igual que a los discípulos: «¿no acabáis de entender?». Porque tu respuesta es contundente. ¿Cómo pueden estar preocupados por el pan los que han sido testigos de tu capacidad para proporcionarles cuanto puedan necesitar? Tú les reprochas su lentitud en el aprendizaje, y también su falta de profundidad en la visión, su superficialidad. Los invitas a no quedarse en la superficialidad de las cosas, sino a mirar los acontecimientos en profundidad. Que hoy miremos con ojos de fe; corazón de esperanza y podamos decirte: “aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Amén.

Esperanzador y positivo martes para todos. Tengamos presente que todo don perfecto viene de arriba. Abrazos y bendiciones.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Arrojad, pues, de vosotros la mala levadura, vieja ya y agriada, y transformaos en la nueva, que es Jesucristo. Impregnaos de la sal de Cristo, a fin de que nadie se corrompa entre vosotros, pues por vuestro olor seréis calificados» (san Ignacio de Antioquía).

* «Jesucristo, denunciando la “levadura” de Herodes, desenmascara una de las facetas de la tentación pecaminosa: la apariencia de realismo. Al tomar decisiones es cuando emerge la pregunta: ¿qué es lo que cuenta verdaderamente en mi vida?» (Benedicto XVI).

* «Como la levadura en la masa, la novedad del Reino debe fermentar la tierra con el Espíritu de Cristo. Debe manifestarse por la instauración de la justicia en las relaciones personales y sociales, económicas e internacionales, sin olvidar jamás que no hay estructura justa sin seres humanos que quieran ser justos» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2832)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.