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28-nov.-2024, jueves de la 34.ª semana del Tiempo Ordinario

Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti

Gracias, Señor, al comenzar una nueva jornada que esperamos sea bendecida y fructífera en amor, servicio y generosidad. Somos tus hijos que vamos en marcha, que tratamos de llevar a cabo la tarea de modelar tu reino de amor y paz.

Cuando nos sintamos desalentados y con miedo, mantennos firmes caminando en esperanza. Haznos siempre vigilantes en oración para que percibamos los signos de tu venida. Camina con nosotros ahora en el camino que Tú mismo nos has trazado. Danos la ocasión de ser valientes espiritualmente y de no tener miedo a los obstáculos de tormentas, de mentiras, de egoísmo, de indiferencia. Que veamos signos en el sol y la luna de amor, esperanza, solidaridad y fraternidad. Que los cielos nuevos y la tierra nuevas, sean tu presencia amorosa y consoladora. 

Gracias, Señor, por llenar nuestros corazones de fe y confianza. Bendícenos abundantemente y haz que caminemos por sendas de amor y servicio a ejemplo de santa Catalina de Labouré —a quien recordamos en este día con mucho cariño— porque tuvo la gran fortuna de haber recibido la visita de nuestra madre Santísima. Nacida en Francia el 2 de octubre de 1806, de familia campesina, quedó huérfana de madre. A los nueve años recibió como regalo la aparición de Nuestra Señora y a su vez ella le encomendó que le sirviera de madre y ella aceptó esa petición; siendo una joven monjita recibió la petición de María nuestra madre de hacer acuñar una medalla que tuviera por, un lado, las iniciales de la virgen María “MA” y una cruz; por el otro lado esta frase: “oh María sin pecado concebida ruega por nosotros que recurrimos a ti”. Amén. 

Un muy feliz y vocacional jueves. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Estar despiertos y orar. El sueño interno viene siempre de dar siempre vueltas en torno a nosotros mismos, y del permanecer encerrados en nuestra propia vida con sus problemas, alegrías y dolores, pero siempre dando vueltas en torno a nosotros mismos. Y eso cansa, eso aburre, esto cierra a la esperanza. (…) “Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque vuestra liberación está cerca” (v. 28), es la admonición del evangelio de Lucas. Se trata de levantarse y rezar, dirigiendo nuestros pensamientos y nuestro corazón a Jesús que está por llegar. Uno se levanta cuando se espera algo o a alguien. Nosotros esperamos a Jesús, queremos esperarle en oración, que está estrechamente vinculada con la vigilancia. Rezar, esperar a Jesús, abrirse a los demás, estar despiertos, no encerrados en nosotros mismos. (Ángelus, 2 de diciembre de 2018)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.