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13-nov.-2022 domingo de la 33.ª semana del Tiempo Ordinario

«La paz les dejo, mi paz les doy»

Llegó otro fin de semana que nos trae descanso para recuperar las fuerzas y tiempo para discernir los caminos que tú nos quieres proponer, ya que son esperanzadores. Señor Jesucristo, tú dijiste a tus apóstoles: «La paz les dejo, mi paz les doy; no se preocupen de lo que tengan que decir en su defensa; ni un cabello de su cabeza perecerá».

Ante acontecimientos y adversidades, momentos de desencanto y dificultades, ayúdanos a no tener pánico, a mantener nuestra serenidad interior. Permítenos, Señor, que nuestras actitudes y decisiones sean buscar tu despertar de amor y servicio más que nuestro egoísmo autodestructor; ser constructores de esperanza con actitudes de optimismo antes que destructores de ilusiones y pesimistas, siguiendo negativamente a aquellos que antes que crear unidad, tratan de llevar temor y desunión. Danos la ocasión de ser portadores de tu amor y misericordia y que trabajemos incansablemente por ser profetas de buenas ilusiones, anunciadores de justicia, proclamadores de tiempos hermosos y nuevos amaneceres que nos permitan recobrar la confianza y volvamos a enderezar nuestros rumbos hacia ti que eres el camino, la verdad y la vida. Hoy la invitación nos la hace san Pablo: «El que no trabaja, que no coma». Trabajemos con amor para ganar el pan de la esperanza y de la fe. Danos el Don de la Paciencia para no desesperar ante las inclemencias del tiempo, pensando que vamos caminando en ocasiones por caminos que presentan obstáculos pero que tú nos ayudas a solventar. Que María, madre de la esperanza y de la gracia, nos llene de su presencia. Amén.

Buen y merecido descanso. En este día dedicado a ti, danos la gracia de amarte y honrarte con nuestras buenas acciones. Que llegue este día lleno de sol. Feliz y paciente Domingo.

Oración de Paz y Calma

«Desde los confines de la tierra, yo te grito, Señor, mientras mi corazón desfallece. Llévame a la roca más alta para mí, pues tú eres mi refugio, una torre poderosa ante el enemigo» (Salmo 61, 3-4).