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15-feb.-2025, sábado de la 5.ª semana del T. O.

«Este milagro (...) es un signo de lo que Cristo está dispuesto a hacer para la salvación de toda la humanidad ofreciendo su carne y su sangre» (Francisco).

Maravilloso despertar, llenos de salud y bienestar para darte gracias por un nuevo día. Haz que lo retribuyamos sirviendo a nuestros hermanos y, ante todo, llevando tu presencia en nuestros corazones. 

Bella lección de amor nos regalas para nuestra meditación, que nos lleva a pensar que nuestro camino se da a partir de tu bondad y tu amor o de nuestra desobediencia y ambiciones, con las que nos equivocamos y vamos echando culpas a los demás o sacamos nuestras propias disculpas. 

Ayúdanos a tener corazón agradecido y no caer en tentación de poder y de ambición. Nuestra fortaleza sea tu palabra, en la que sientes compasión de cada uno de nosotros que andamos hambrientos de tu presencia, tu amor y tu bondad. Aliméntanos, Señor, con los panes que humildemente te presentamos y que Tú puedes bendecir y multiplicar para que los podamos compartir con nuestros hermanos, especialmente con los hambrientos y necesitados de tu presencia y tu amor. Que, por la fuerza de este pan seamos todos, los unos para los otros, pan sabroso todavía caliente, partido y compartido para alimentarnos mutuamente con amor en nuestro diario vivir. Te damos gracias, por hacerte alimento para el camino que nos lleva hacia ti y hacia los hermanos. 

Danos determinación y creatividad para llevar alimento suficiente de fe, esperanza y caridad. Concédenos un fin de semana lleno de bendiciones y momentos de alegría. Amén. 

Abrazos y feliz y santo fin de semana.

Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)

* «“Partir el pan” para el Señor significa la manifestación del misterio de la Eucaristía. Su acción de gracias significa el gozo que le causa la salvación del género humano. La entrega del pan a sus discípulos para que lo repartan significa que ha transmitido a los Apóstoles el encargo de distribuir a su Iglesia el sustento de vida» (san Beda el Venerable).

* «Este milagro no va destinado sólo a saciar el hambre de un día, sino que es un signo de lo que Cristo está dispuesto a hacer para la salvación de toda la humanidad ofreciendo su carne y su sangre» (Francisco).

* «Fracción del pan porque este rito, propio del banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía el pan como cabeza de familia (…). En este gesto los discípulos lo reconocerán después de su resurrección, y con esta expresión los primeros cristianos designaron sus asambleas eucarísticas (...)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1329)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.