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15-jul.-2024, lunes de la 15.ª semana del Tiempo Ordinario

“si Dios le da al hombre solo la gracia de poder amar, esto es suficiente. Una viejita puede amar más a Dios que un maestro de teología” (san Buenaventura)

Inicio de semana, mitad de mes y motivos de alegría por este nuevo día que nace para nosotros; gracias Señor por el don de la vida y el bienestar del día, para iniciar nuestras labores con ánimo y optimismo, sintiendo nuestro corazón el llamado que nos haces para hacer tu voluntad y la del padre celestial Hoy nos das una alegría de recordar a San Buenaventura como obispo y Doctor de la iglesia y él nos decía: “si Dios le da al hombre solo la gracia de poder amar, esto es suficiente. Una viejita puede amar más a Dios que un maestro de teología”. Nosotros como tus discípulos tenemos que vivir una realidad que una vez acogida, decidida y asumida como estilo de vida en humildad, sencillez es amor decidido. Tú mismo nos muestras el compromiso que vamos adquiriendo: “el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará”. Bendícenos, Señor, con tu amor y ayúdanos a ser discípulos de bondad, misericordia, fraternidad y solidaridad. 

Nuestra reflexión al iniciar nuestra semana sea: Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón.

1. ¿Cuál es mi experiencia misionera?

2. ¿Cómo debe ser la afectividad del misionero? ¿El amor a Jesús y a las personas más queridas se contraponen, se ordenan un a otro? 

Un muy feliz y santo inicio de semana lleno de satisfacciones alegrías y servicios desinteresados. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

… Jesús mismo, enviando a sus discípulos en misión, les dice: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado» (Mateo 10, 40). Es necesario que la gente pueda percibir que para ese discípulo Jesús es verdaderamente “el Señor”, es verdaderamente el centro de su vida, el todo de la vida. No importa si luego, como toda persona humana, tiene sus límites y también sus errores —con tal de que tenga la humildad de reconocerlos—; lo importante es que no tenga el corazón doble —y esto es peligroso. (…) Y aquí nuestra experiencia de sacerdotes nos enseña una cosa muy bonita, una cosa muy importante: es precisamente esta acogida del santo pueblo fiel de Dios, es precisamente ese «vaso de agua fresca» (v. 42) del cual habla el Señor hoy en el Evangelio, dado con fe afectuosa, ¡que te ayuda a ser un buen sacerdote! Hay una reciprocidad también en la misión: si tú dejas todo por Jesús, la gente reconoce en ti al Señor; pero al mismo tiempo te ayuda a convertirte cada día a Él, a renovarte y purificarte de los compromisos y a superar las tentaciones. Cuanto más cerca esté un sacerdote del pueblo de Dios, más se sentirá próximo a Jesús, y un sacerdote cuanto más cercano sea a Jesús, más próximo se sentirá al pueblo de Dios. (Ángelus, 2 de julio de 2017)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.