Hoy es buen día para dar gracias a Dios por lo recibido durante esta semana, ante todo ahora al cosechar los frutos de lo mucho o poco que cultivamos, pero lo importante es que lo cosechado dio alegría y felicidad a nuestros hermanos. Al pensar en el árbol que sembramos y qué clase de frutos estamos cosechando. Detengámonos por un momento y pensemos si los frutos fueron buenos para alegrarnos o si fueron regulares no para entristecernos sino para meterle más corazón y esperanza en la semana que iniciaremos. Si no fueron nuestros mejores frutos, miremos si el abono de nuestra fe y el agua de las ilusiones fueron insuficientes y propongámonos a que sean adecuados.
Por todo lo que nos seguirás dando te damos gracias. Y ahora Señor, queremos entregarte nuestro corazón ya que de la bondad que llevamos en el salen nuestras buenas acciones y pensamientos. Danos la certeza que construiremos sobre roca firme para que nuestra alegría la reflejemos en buenos pensamientos y deseos de hacer las cosas de la mejor manera posible y que si van a soplar vientos de desilusión, o lluvias de desesperanza no derrumben la casa de nuestro corazón. Regálanos, Señor, un buen descanso para que recuperadas nuestras fuerzas en este descanso, retomemos con cariño e ilusiones nuestro camino de buenos sembradores y buenos constructores.
Que este sábado sea de ilusiones y de buenos sentimientos para nuestros hermanos y especialmente en nuestras familias. Feliz y santo descanso de fin de semana.
Nuestra Madre Santísima, a quien dedicamos este día sea, nuestra alegría y nuestro gozo.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
* «Los preceptos evangélicos no son otra cosa que las enseñanzas divinas, fundamentos que edifican la esperanza, cimientos que corroboran la fe, alimentos del corazón, garantía para la obtención de la salvación» (San Cipriano)
* «Sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Entonces seréis bienaventurados y vuestra alegría contagiará a los demás» (Benedicto XVI)
