En esta espléndida mañana que nos anuncia un nuevo despertar, iniciamos nuestras actividades y quehaceres y te damos gracias por la vida y por la oportunidad de servirte en nuestros hermanos. Tú, Señor, viniste al mundo y te hiciste como uno de nosotros; sencillo, humilde y servidor.
Señor, danos la gracia de reconocernos en tu amor nosotros, que hemos aprendido a ser generosos, disponibles y comprometidos. Líbranos de nuestros egoísmos de nuestra cobardía y de nuestras actitudes de conformismo, para que lleguemos a ser tal como tú quieres que seamos, semejantes a ti.
Nos invitas a tener tus mismos sentimientos y actitudes: aceptar a todos, no excluir a nadie, acoger a todos por igual, respetar a toda persona por humilde que sea, descubrir en cada persona lo positivo antes que sus debilidades y pecados. Gracias, porque tenemos ocasión de poder ofrecer todo lo que llevamos en nuestros corazones y porque en nuestras novenas seguimos teniendo la esperanza de acercarnos cada vez a tu nacimiento en el jardín de nuestros corazones. Gracias por hacernos participes de tu genealogía, por ser nuestro hermano mayor y por darnos la ocasión de tener al Padre Celestial. Te alabamos te bendecimos y en ti confiamos. Amén.
Feliz sábado pleno de alegría, en este segundo día de novena. Feliz y santo fin de semana. Optimismo y esperanza.
Reflexión del papa Francisco
El pasaje relativo al linaje de Jesús puede parecer algo repetitivo: Este engendró a aquel, aquel engendró a este, este engendró a aquel... Es una lista. Sin embargo, es el camino de Dios: El viaje de Dios entre los hombres, buenos y malos, porque en esta lista hay santos y hay criminales pecadores. Por tanto, es una lista que contiene incluso mucho pecado. Sin embargo, Dios no tiene miedo: Él camina. Camina con su pueblo. Y en este camino hace crecer la esperanza en su pueblo, la esperanza en el Mesías. Esta es la cercanía de Dios.