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17-sep.-2023, domingo de la 24.ª semana del Tiempo Ordinario

Regálanos tu reconciliación y tu amor y concédenos poder decir: perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Por todo lo recibido en esta semana que terminamos, sea nuestra oportunidad para darte gracias especialmente por las personas que amamos y todo lo realizado en nuestras labores también momentos de interrogantes. Ahora es tiempo de pensar: ¿cómo he perdonado? Lo he hecho de corazón? ¿He sido envidioso y egoísta cuando hemos sentido que a otros se perdona? ¿He sido aquella persona que no olvida y permanezco guardando rencor dentro de mí? Hoy, Señor, queremos pedirte que apartes todo lo negativo que no permite que tengamos plena felicidad y, por el contrario, aleja de nuestros corazones todo lo que nos llevaría a la plena felicidad. Te pedimos nos regales apartar de nuestras vidas el orgullo que nos impide ser felices y toda altivez que no permite la nobleza de nuestras vidas. Que podamos ponernos en la situación de aquellos que buscamos el perdón y no lo conseguimos porque no lo hemos sabido pedir o porque no nos lo han concedido. Regálanos tu reconciliación y tu amor y concédenos poder decir: perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Amén

Feliz y reconciliador domingo para todos. Que hoy sea el bello, hermoso y anhelado día del perdón y la RECONCILIACIÓN, perdonando y OLVIDANDO.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Desde nuestro bautismo Dios nos ha perdonado, perdonándonos una deuda insoluta: el pecado original. Pero, aquella es la primera vez. Después, con una misericordia sin límites, Él nos perdona todos los pecados en cuanto mostramos incluso solo una pequeña señal de arrepentimiento. Dios es así: misericordioso. Cuando estamos tentados de cerrar nuestro corazón a quien nos ha ofendido y nos pide perdón, recordemos las palabras del Padre celestial al siervo despiadado: «siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No deberías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?» (vv. 32-33). Cualquiera que haya experimentado la alegría, la paz y la libertad interior que viene al ser perdonado puede abrirse a la posibilidad de perdonar a su vez. (Ángelus, 17 septiembre 2017)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.