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18-sep.-2024, miércoles de la 24.ª semana del Tiempo Ordinario

«¿Con quién compararé a los hombres de esta generación?»

Amanecer soleado, día lleno de optimismo de ilusiones y esperanzas. Gracias, Señor, por este día que nos comienzas a regalar. Gracias por tu amor y tu misericordia, porque salimos a realizar nuestras labores y lo hacemos con tu presencia, llenos de fe, de optimismo y de mucho amor. Que hoy podamos manifestar a nuestros hermanos cuando los amamos, cuando los queremos y cuando nos preocupamos por ellos. 

En nuestra reflexión, Señor, hoy nos dices: «¿Con quién compararé a los hombres de esta generación?» No podemos decir que nos comparas en sentido negativo, sino en algo positivo. Todo lo que nosotros podemos, hacer todo lo que nosotros podemos entregar es nuestra sabiduría, nuestra inteligencia, pero sobre todo nuestra generosidad. Gracias, Señor, porque —al proponernos esta comparación— nos estás llamando a que redoblemos nuestros esfuerzos para vivir y amar. 

Gracias, Señor, porque nos has enseñado a amar con el amor que hoy san Pablo nos describe de una manera maravillosa: «el amor cree sin reservas, espera sin reservas y soporta sin reservas. Este es el amor que no pasará». Hoy es un buen momento para que pensemos qué clase de amor es el que llevamos. Toda obra iniciada con amor tiene un final maravilloso porque todo se ha hecho por amor y con amor. 

El Señor nos bendiga abundantemente, nos proteja y nos guarde. 

Feliz y amoroso miércoles lleno de obras buenas. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Jesús les dice: «No os entiendo. Sois como esos niños: os hemos tocado la flauta y no habéis bailado, os hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado. ¿Qué queréis?». La respuesta sigue siendo: «Queremos la salvación a nuestro modo». Por tanto, vuelve «siempre esta cerrazón» ante el modo de obrar de Dios. El «drama de la resistencia a la salvación» lleva a no creer «en la misericordia y en el perdón», sino en los sacrificios. E impulsa a querer «todo bien ordenado, todo claro». es «un drama» que «también cada uno de nosotros tiene dentro». Por eso sugirió algunas preguntas con vistas a un examen de conciencia: «¿Cómo quiero yo ser salvado? ¿A mi modo? ¿Creo que Jesús es el maestro que enseña la salvación, o voy por doquier siguiendo a gurús que me enseñan otra? «nos hace bien formularnos hoy», culminan en la última pregunta del Papa: «¿Resisto a la salvación de Jesús?».  (Homilía da Santa Marta, 3 de octubre de 2014)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.