Pasar al contenido principal

19-feb.-2024, lunes 1.º de Cuaresma

Cuaresma2024dia6

«SED SANTOS, PORQUE YO EL SEÑOR SOY SANTO»

En la alegría y esperanza de un nuevo amanecer, despertamos, Señor, para iniciar nuestras jornadas y labores y hacerlo en Alegría y optimismo, sabiendo que al inicio y al final tú nos bendecirás en cada una de ellas. Muéstranos el camino a recorrer, guíanos e ilumínanos. Que tú seas, Señor, nuestra grata compañía.

Hoy nos hablas del juicio final —donde nuestros corazones están expuestos ante ti para ver si somos fríos o calientes, de piedra o de carne, cerrados o abiertos— y nos dices que no es necesario esperar hasta el final, porque una vida presente con un corazón enfriado es una vida triste, apagada, sin aliciente, sin alegría; no se trata de hacer el bien para sufrir, sino de hacer el bien con generosidad y cariño sabiendo que todo el amor que damos lo vamos recibiendo ya en esta vida, en el “ciento por uno”, y luego con creces en la eterna.

Gracias por los dones que nos has dado para ser generosos, serviciales y amorosos con nuestros hermanos necesitados, hambrientos, en soledad, en tristeza o en cualquier necesidad, sin mirar a quien y tratando de dar lo mejor que tenemos en nosotros; sin esperar más recompensa que la tuya.

Gracias, Señor, por darnos la ocasión en una nueva semana de hacer el bien y poder realizar lo que anhelamos y esperamos.

NO OLVIDEMOS ESTAS PALABRAS: SED SANTOS, PORQUE YO EL SEÑOR SOY SANTO.

Una muy feliz y santa semana ojalá productiva y caritativa y misericordiosa.

PÍLDORAS DE FE

Oración de preparación

Toma mis manos, Señor de bondad, prepáralas para la atención y el servicio. Quiero servirte con amor, ver tu rostro en los necesitados y hacerles sentir tu cercanía. Quédate siempre cerca de mí. Cuento con tu bendición, que eso me basta para entregar tu amor a los demás. Amén.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

¡Cuántos son los aspectos de la misericordia de Dios hacia nosotros! Del mismo modo, cuántos rostros se dirigen a nosotros para obtener misericordia. Quien ha experimentado en la propia vida la misericordia del Padre no puede permanecer insensible ante las necesidades de los hermanos. La enseñanza de Jesús que hemos escuchado no admite vías de escape: Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; estaba desnudo, refugiado, enfermo, en la cárcel y me ayudasteis (cf. Mt 25, 35-36). No se puede pasar de largo ante una persona que tiene hambre: es necesario darle de comer. ¡Jesús nos dice esto! Las obras de misericordia no son temas teóricos, sino que son testimonios concretos. Obligan a arremangarse para aliviar el sufrimiento. (Audiencia jubilar, 30 de junio del 2016)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.