En el amanecer de un nuevo día te damos gracias, Señor, por este descanso del fin de semana. Permítenos compartirlo con las personas que amamos profundamente.
Gracias, Señor, por la palabra que hoy nos regalas, porque por medio de ella vamos descubriendo tu voluntad y la del Padre celestial. Hoy tu invitación es a dejar atrás el egoísmo, la envidia y el abuso como lo vivieron Herodías y Herodes en quienes encontramos ese ejemplo negativo. No permitas que en nuestros corazones alberguemos sentimientos contrarios a los tuyos. Ayúdanos a vivir en armonía, felicidad y unidad para que nuestro ejemplo y testimonio sean para nuestros hermanos signos de tu presencia, de tu misericordia Y de tu bondad. Que, hoy sábado, Nuestra Madre María, la Madre de la esperanza y Señora de la salud, nos ayude a descubrirte realmente y a dar un buen testimonio de Ti a nuestros hermanos.
Nuestro Santo Rosario de Aurora y Eucaristía, los ofreceré por nuestras familias, nuestros enfermos y sus necesidades. Abundantes bendiciones y feliz y santo fin de semana.
Las palabras de los Papas
El martirio de san Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad, no admite componendas. La Verdad es Verdad, no hay componendas. La vida cristiana exige, por decirlo así, el «martirio» de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, la valentía de dejar que Cristo crezca en nosotros, que sea Cristo quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede tener lugar en nuestra vida si es sólida la relación con Dios. La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las actividades apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: sólo si somos capaces de tener una vida de oración fiel, constante, confiada, será Dios mismo quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de un modo feliz y sereno, para superar las dificultades y dar testimonio de él con valentía. Que san Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre el primado de Dios en nuestra vida. (Benedicto XVI - Audiencia general a Castel Gandolfo, 29 de agosto de 2012)
Oración de preparación
Jesús, hoy medito en el testimonio de Juan el Bautista, quien no temió levantar su voz en defensa de la verdad, aun sabiendo que eso le costaría la vida. Dame la fortaleza y el coraje que tuvo tu siervo fiel. Que mi palabra no se acomode a los halagos ni al miedo, sino que refleje con autenticidad el mensaje de tu Evangelio. Hazme libre de toda cobardía espiritual. Amén.