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21-ago.-2024, miércoles de la 20.ª semana del Tiempo Ordinario

Bella mañana para dar gracias a Dios iniciando las labores cotidianas y sentir en el corazón que esta corta semana viene llena de la presencia tuya y

Bella mañana para dar gracias a Dios iniciando las labores cotidianas y sentir en el corazón que esta corta semana viene llena de la presencia tuya y de tus bendiciones; permítenos vivirla en amor y generosidad. 

Hoy inicio mi reflexión recordando a una señora que es madre y abuela, entró en la sacristía, sus hijos desempeñaban cargos muy importantes en varias empresas y bancos del país: “Rece mucho por ellos, padre —me dijo— es muy difícil ser banquero y justo a la vez”. Hoy Tú nos lo dices con otras palabras: ¡qué difícil es acoger el Reino, gozarlo, si hemos llenado nuestra vida de otras muchas cosas, especialmente del dinero y de su deseo! Hemos de preguntarnos si no hemos vendido el corazón a otros ídolos. Pero no todo es lo negativo. Tú nos invitas en este día a ser generosos y a mirar las grandes riquezas que llevamos en el corazón y cómo hemos sido premiados por tu generosidad. 

Hoy recordamos un gran ejemplo y testimonio de vida en el san Pío X. Nacido de padres pobres y humildes y fue elegido como sucesor de Pedro en 1907, permaneció siempre, incluso siendo papa, como pastor bondadoso y sencillo, tal como había sido en toda su vida como sacerdote. Cercano al pueblo sencillo, conocía bien sus necesidades y abrió la liturgia para ellos, para acercarlos más a la vida sencilla y humilde. En su testamento escribió: “Nací pobre, he vivido pobre, quiero morir pobre”. Su ejemplo nos ayude a comprender los grandes tesoros y riqueza que tenemos alrededor. Que, como san Pío X, obtengamos la fuerza para servirnos unos a otros y servirte a ti, para que demos mucho fruto de amor, de humildad y sencillez. Ayer di esta respuesta que es de puro y verdadero amor: “la mayor riqueza y el más grande tesoro, lo llevamos en el corazón: son las personas que amamos y a las que servimos con amor”. Gracias señor, porque me enseñas a ser solidario y mirar primero lo que me has dado sin sentir envidia de lo que otros han recibido. Amén. 

Feliz y generoso inicio de actividades en este miércoles testimonial, bendecidos en tu amor. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Dios se comporta así: no mira el tiempo y los resultados, sino la disponibilidad, mira la generosidad con la que nos ponemos a su servicio. Su actuar es más que justo, en el sentido de que va más allá de la justicia y se manifiesta en la Gracia. Todo es Gracia. Donándonos la Gracia, Él nos da más de lo que merecemos. Y entonces, quien razona con la lógica humana, la de los méritos adquiridos con la propia habilidad, pasa de ser el primero a ser el último. “Pero yo he trabajado mucho, he hecho mucho en la Iglesia, he ayudado tanto, ¿y me pagan lo mismo que a este que ha llegado el último?”. Recordemos quién fue el primer santo canonizado en la Iglesia: el Buen Ladrón. “Robó” el Cielo en el último momento de su vida. Esto es Gracia, así es Dios, también con todos nosotros. El que piensa en sus propios méritos, fracasa; quien se confía con humildad a la misericordia del Padre, pasa de último —como el Buen Ladrón— a primero. (Ángelus, 20 de septiembre de 2020)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.