Bendecida y optimista mañana la que nos regalas, Señor, y nuestro corazón agradecido solamente aspira a servirte humildemente y a escuchar tu palabra, para saber a qué nos envías en este día. Como Mateo, queremos seguirte. En él, nos muestras cómo avergüenzas a los petulantes e hipócritas y cómo llamas a los pecadores a la tarea de llevar tu Buena Noticia.
Perdona nuestras debilidades y danos la certeza de que podemos contar contigo y con tu amor porque somos débiles y pecadores. Que sepamos compartir tu mensaje y tu vida. Tu comías con recaudadores de impuestos y con pecadores porque te necesitaban espiritualmente.
Nosotros te presentamos nuestro corazón humilde y sencillo, para que nos invites y te sientes a la mesa con nosotros porque también te necesitamos. «Lo que deseo es misericordia, no sacrificio. He venido a llamar no a los justos, sino a los pecadores». Ayúdanos para que estas palabras cambien nuestra actitud hacia nuestros hermanos, también hacia nosotros mismos; y haznos bondadosos y comprensivos para con todos.
Hoy celebramos a Mateo que fue un publicano rico, recaudador de impuestos. Él responde con entusiasmo a la llamada que tú le hiciste y ofrece un gran banquete en su casa allí muchos llegaron y estuvieron a la mesa. Su evangelio, el segundo cronológicamente antes del año 70, destaca el recto, uso de los bienes, el servicio a Dios y no al dinero, el no acumular tesoros en la tierra, sino en el cielo. Se dice que fue lapidado, quemado y decapitado en Etiopía. Sus reliquias fueron llevadas a Parstrun y luego llevadas a Salerno donde se encuentran. San Mateo nos enseñe el camino del desprendimiento y la generosidad.
Hoy celebramos comercialmente el día del amor y la amistad; no tendría que ser únicamente lo comercial, sino ante todo lo que llevamos en el corazón. Podemos darte gracias, Señor, por ser nuestro amigo fiel y verdadero que caminas siempre con nosotros en las buenas y en las malas, en los momentos de alegría y en los momentos de tristeza siempre eres en quien nos apoyamos. Al darte gracias, Señor, por el don de la amistad, reconocemos tantos amigos y amigas que incondicionalmente, nos brindan su corazón en todos los momentos. Cuando estamos tristes, cuando vivimos la alegría, ahí te damos gracias por tener verdaderos amigos que nos comprenden y caminan también a nuestro lado. Gracias, Señor, por la amistad. Gracias porque eres mi amigo mi amiga, que incondicionalmente nos prestan sus brazos para apoyarnos en ellos y estrecharnos en un abrazo en todos los momentos de nuestra vida, ese es el verdadero amor y la verdadera amistad gracias por ser mi amiga, mi amigo, mi confidente y mi apoyo incondicional.
Un muy feliz y descansado sábado vivido en solidaridad y fraternidad ante todo inspirados en el llamado que tú nos haces: “SÍGUEME”.
Feliz día del amor y la amistad. Buen fin de semana para todos.