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24-ago.-2025, domingo de la 21.ª semana del T. O.

para salvarse uno debe amar a Dios y al prójimo, ¡y esto no es cómodo! Es una «puerta estrecha»..., el amor es siempre exigente, requiere compromiso, más aún, «esfuerzo»,

Nuestra mayor alegría es Bendecir y glorificar tu Nombre, para darte gracias por todas las bendiciones que recibimos de tu generosidad. 

Al recibir tu Palabra como el mayor y mejor alimento nos saciamos espiritualmente y emprendemos todas nuestras acciones y labores con la confianza puesta en Ti. A todos nos gusta ir a una casa cuyas puertas estén siempre abiertas para la acogida cordial. Así quieres sean nuestros hogares y corazones, una casa de acogida abierta a todos. Nos dices de Ti mismo que eres la puerta del redil. Tú acoges a todos los que te buscan, e incluso te desvías del camino para buscar a los extraviados; al mismo tiempo nos dices que la puerta es estrecha. Tenemos que hacer un esfuerzo serio para llegar a ser como Tú, para amar y servirte, y para vivir según el espíritu de tu evangelio. Te damos gracias y te pedimos que nos des tu fortaleza para que seamos nosotros también acogedores y abiertos a todos. 

La Carta a los Hebreos nos habla de la bondad de las correcciones que el Padre celestial nos hace. Debemos aceptar las correcciones con buen ánimo y fortaleza, así seremos sanados por Él y maduraremos espiritualmente. También nos dice la carta: «fortalezcan las manos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes y caminen por una senda llana». Danos la alegría de poder ser contados entre los últimos para llegar a ser tus predilectos en el servicio y el amor, como Tú nos has enseñado. Amén. 

Un muy feliz y descansado domingo, ojalá compartido en familia. Abrazos y bendiciones. 

Oración introductoria

Padre de la bondad y la ternura, danos tu espíritu Santo para acoger con alegría la buena noticia de tu Hijo, que nos dirá, que serán muchos los que formen parte de nuestra comunidad de fe; que la presencia de cada uno nos llene de alegría y que nunca pretendamos cerrar la puerta a quien te busca de corazón. 

 PALABRA DEL PAPA

Jesús no quiere engañarnos diciendo: «Sí, tranquilos, la cosa es fácil, hay una hermosa carretera y en el fondo una gran puerta». No nos dice esto: nos habla de la puerta estrecha. Nos dice las cosas como son: el paso es estrecho. ¿En qué sentido? En el sentido de que para salvarse uno debe amar a Dios y al prójimo, ¡y esto no es cómodo! Es una «puerta estrecha» porque es exigente, el amor es siempre exigente, requiere compromiso, más aún, «esfuerzo», es decir, voluntad firme y perseverante de vivir según el Evangelio. San Pablo lo llama «el buen combate de la fe» (1 Timoteo 6, 12). Se necesita el esfuerzo de cada día, de todo el día para amar a Dios y al prójimo. (…) Que nos ayude en esto la Virgen María. Ella ha pasado por la puerta estrecha que es Jesús. Ella lo acogió con todo su corazón y lo siguió todos los días de su vida, incluso cuando ella no lo entendía, aun cuando una espada atravesaba su alma. Por eso la invocamos como la «Puerta del Cielo»: María, la Puerta del Cielo; una puerta que refleja exactamente la forma de Jesús: la puerta del corazón de Dios, un corazón exigente, pero abierto a todos nosotros. (Papa Francisco – Ángelus, 25 de agosto de 2019)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.