En la alegría de este fin de semana que nos regalas, nos acogemos a la grandeza de tu amor y la protección de nuestra Madre Santísima. Acepta nuestra humilde oración. Señor, sentimos que Tú y el Padre se comunican con nosotros en forma de río de agua de vida y de árbol de la vida. Hemos sido heridos de muchas maneras, pero el árbol de la vida tiene hojas curativas, capaces de realizar una terapia definitiva dejándonos inmunizados contra toda clase de maldad. Sabemos que tenemos que vigilar, de tal forma que podamos estar ante situaciones adversas con confianza y con una esperanza grande.
Despiértanos, Señor, haz que te reconozcamos como la luz de nuestras vidas y que nosotros conduzcamos a nuestros hermanos con entusiasmo hacia ti. Sigue construyendo, entre nosotros y con nosotros, un mundo mejor y un reino de justicia, paz y amor en el que te sirvamos compartiendo los unos a los otros, mientras caminamos animados y con esperanza hacia tu hogar de descanso y alegría sin fin. No permitas que se emboten nuestros corazones con preocupaciones y situaciones adversas que nos hagan caer. Danos la fuerza necesaria para mantenernos en pie y con ilusiones ante lo que ha de venir. Iniciaremos con gozo el tiempo de la espera. Gracias, Señor, te alabamos, te glorificamos y te bendecimos. Amén.
Feliz y santo fin de semana.
Oración de Paz y Calma
«Sabemos que Dios va disponiendo todo para el bien de los que le aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan» (Romanos 8, 28).
Reflexión del papa Francisco
Las palabras de Jesús resuenan de manera particularmente incisiva: "Estén prevenidos y oren incesantemente"... Estar atentos y rezar. El desgano interior proviene de estar siempre girando en torno a nosotros mismos y bloqueados por nuestra propia vida, con sus problemas, sus alegrías y sufrimientos, pero siempre girando en torno a nosotros mismos. Y esto cansa; esto es aburrido, esto nos cierra a la esperanza... Debemos levantarnos y orar, dirigir nuestros pensamientos y nuestro corazón a Jesús, que está a punto de llegar... Es Jesús quien viene y a quien esperamos.