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26-oct.-2022 miércoles de la 30.ª semana del Tiempo Ordinario

«Honrarás a tu padre y a tu madre... Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra» (cf. Ef 6, 2-3)

Te damos gracias, Señor, por este reparador descanso que nos has dado, ya que ahora despertamos con ánimo y con deseos de hacer las cosas según tu voluntad y los deseos de tu corazón. Gracias porque sabemos que al iniciar nuestras jornadas lo haremos con amor y entusiasmo y procuraremos ser obedientes como nos pides hoy como hijos. Señor, qué bueno saber que nos invitas a la obediencia no como una carga, sino como un sentimiento de gratitud y respeto especialmente para que como hijos sepamos apreciar y valorar todo el esfuerzo y sentimientos de nuestros padres; saber que todavía tenemos hacia ellos todo el cariño y amor que ellos nos han regalado.

Qué bellas palabras las de Pablo: «Te irá bien y vivirás largo tiempo». Luego será tarde decirles que los quisimos. Pero también hoy nos pides el deber como padres: saber guiar, orientar, educar y corregir. Ayúdanos a cumplir fielmente nuestro deberes y compromisos como padres e hijos; así viviremos en armonía, mutuo respeto y sobre todo en unidad, como a ti te agrada. Solo así lograremos que todo sacrificio tenga muchas satisfacciones al final, ya que podremos decir que nos hemos esforzado en entrar por la puerta estrecha: la puerta del amor, de la bondad, de la mutua entrega, del servicio y de la comprensión que al abrirse nos lleva a las grandes alegrías de saber que al final estás tú y eres nuestra mayor recompensa. A ti, Señor, nos acogemos porque en ti confiamos y en ti esperamos. Bendícenos y guárdanos de todo mal. Bendice nuestros hijos, nuestros hogares, nuestros hermanos enfermos y necesitados. Amén.

María, madre de la bondad, nos acompañe. Esperanzador y optimista miércoles.

ORACIÓN PARA PONER EL DÍA EN SUS MANOS

Señor Jesús, empieza un nuevo día; un día más de luchas, de amores e ilusiones… pues de eso está llena la vida. Te pedimos, Señor, que en este miércoles nos guíes por el camino correcto; que nuestros pasos no sean en falso y que no caminemos en senderos pedregosos y con espinas.

Señor, llénanos de luz en este día. Déjanos ser ese faro que ilumina a los que se han perdido en el sendero de la vida. Permítenos mostrarles la dirección que deben seguir a todos los que se crucen en nuestro camino y danos la ocasión de hacer tu santa voluntad. Amén.

Oración de Paz y Calma

«Inclina tu oído, Señor, respóndeme, porque soy pobre y miserable; protégeme, porque soy uno de tus fieles, salva a tu servidor que en ti confía. Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día; reconforta el ánimo de tu servidor, porque a ti, Señor, elevo mi alma» (Salmo 86).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.