Van pasando los días y nos anuncian una semana que termina. Un viernes que esperamos sea muy productivo y lleno de buenos sentimientos y deseos de hacer las cosas de la mejor manera posible.
Ahora elevamos nuestra plegaria y oración confiada: Señor, Dios nuestro, al celebrar hoy a tus apóstoles Simón y Judas, recordamos cómo fuiste edificando tu Iglesia sobre hombres débiles a quienes llenó el Espíritu Santo. Te pedimos hoy que nuestra fe permanezca inquebrantable; que tu Espíritu nos llene con su sabiduría y su ardor; y que el ejemplo de Simón y Judas Tadeo nos ayuden a descubrir y a vivir incansablemente la belleza de la fe sabiendo que nuestro testimonio está fundamentado en el amor, la entrega, el servicio y la solidaridad. Danos la capacidad y la fortaleza necesarias para ser testigos de tu Palabra y mensajeros de tu amor. Nuestra Madre Santísima sea nuestra guía y modelo para que seamos un sólo corazón y un sólo espíritu. Amén.
Un muy feliz, alegre y testimonial viernes de éxitos profesionales y laborales.
Encomendemos nuestro día a la protección y auxilio de Nuestra Madre Celestial:
¡Oh, Virgen y Madre de Dios! Yo me entrego como hijo tuyo, en honor y gloria de tu pureza, te ofrezco mi alma y cuerpo, mis sentidos y te suplico me alcances la gracia de no desviar el camino de amor y de servicio.
Madre, aquí nos tienes como hijos obedientes a la voluntad de Dios para que, con la certeza de tu intercesión, vayamos este viernes al encuentro nuestros hermanos y procuremos que no les falte el vino de la compañía, de la esperanza y la alegría, según el ejemplo de tu Hijo, nuestro Hermano Mayor. Gracias, Madre de la ternura.
Oración de Paz y Calma
«Hijo mío, no olvides mis enseñanzas, y que tu corazón guarde mis mandamientos, porque ellos te aportarán largos días, años de vida y prosperidad» (Proverbios, 3,1-2)