Gracias infinitas te damos, Señor, al iniciar este día que anuncia el final de un mes y de una semana. Gracias por el camino que nos permitiste recorrer y sobre todo por lo realizado. Ahora nuevamente en tus manos tenemos la seguridad de realizar lo que según tu voluntad tengas disponer. Nos ponemos en tus manos y en ti confiamos. Danos la fuerza para renovarnos personalmente, para que tú puedas hacernos instrumentos de tu amor y testigos destacados del evangelio. Danos la capacidad de ser humildes para reconocer nuestra pequeñez frente a la inmensidad de tu amor pero ante todo que ocupemos los puestos que tú quieres y no los que sean de nuestro interés y no buscando los privilegios sino nuestro sencillo servicio. Qué bueno, Señor, poder manifestar en todo momento tu palabra haciendo de ella nuestro horizonte de fe y esperanza. Que la humildad y sencillez para hacer las cosas como tú quieres sea nuestra mayor alegría para cumplir la voluntad del Padre Celestial. Gracias por todos los dones y privilegios que nos regalaste y que hoy nos llenan de alegrías al haber podido realizar todo satisfactoriamente; por darnos la ocasión de sentarnos en los últimos puestos en servicio y entrega generosa. Te alabamos, bendecimos y glorificamos. Amén.
Feliz fin de semana para todos.
MI ACCIÓN DE GRACIAS
La semana termina, la tormenta se calma, y la paz regresa. Dame hoy tu fortaleza, bendíceme con la armonía que trae tu presencia, ayúdame a aquietar mi alma en esta oración.
Dios mío, quiero agradecerte por haberme permitido llegar con bien a esta semana que termina. Te doy gracias por haberme permitido servir con alegría y entusiasmo a mis hermanos; así mismo, quiero pedirte perdón si es que en algunas ocasiones me he mostrado indiferente y no he brindado el servicio adecuado. Amén.
Oración de Paz y Calma
«Avanzarás con confianza, sin miedo a tropezarte. Si te acuestas, no temblarás, y una vez acostado, tu sueño será agradable. No temerás ningún sobresalto, ni a los malvados que llegan como una tormenta. Porque el Señor será tu seguridad y preservará tu pie de la trampa» (Proverbios 3,23-25)-