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3-feb.-2024, sábado de la 4.ª semana del Tiempo Ordinario

Gracias te damos, Señor, por tu infinito amor y tu generosa bondad. Gracias por esta mañana en que te podemos alabar.

Gracias te damos, Señor, por tu infinito amor y tu generosa bondad. Gracias por esta mañana en que te podemos alabar. Jesús, tú te preocupas por nosotros con un amor más profundo y tierno que el de una madre por su hijo a quien dio vida. Te haces particularmente cercano a los que más necesitados: los débiles, los que sufren, los abandonados, y los que no cuentan para nada. Ése es el amor que nos mostraste. Ése es el amor al que nos invitas para que nos amemos así unos a otros: un amor profundo, tierno, duradero, y sin miedo de manifestarse abiertamente. Un amor generoso para gastarlo en los demás. Un amor que sabe perdonar y reconciliarse en todos los momentos de la vida. Un amor que ama sin reservas y espera sin reservas. Y ahora, Señor, lo único que esperamos y te pedimos es que nos regales como a Salomón la docilidad de tu espíritu, para discernir entre el bien y el mal, la humildad para hacer las cosas según tu voluntad y la sencillez y disponibilidad que tú tuviste para los que “andaban como ovejas sin pastor”. Guárdanos en tu infinito amor y bajo la protección de tu Santísima Madre. Amén.

Como es tradición el primer sábado de mes, ofrecemos el Santo Rosario y la Eucaristía por las intenciones de cada uno de ustedes, nuestros enfermos y nuestras familias. Feliz fin de semana para todos. HAGAMOS EL BIEN, AMEMOS Y SIRVAMOS DE CORAZÓN

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «Si no es con Dios o por Dios, no hay descanso que no canse» (santa Teresa de Jesús).

* «El descanso divino del séptimo día no se refiere a un Dios inactivo, sino que subraya la plenitud de la realización llevada a término, dirigiendo al mismo una mirada “contemplativa”, que ya no aspira a nuevas obras, sino más bien a gozar de la belleza de lo realizado» (san Juan Pablo II).

* «El obrar de Dios es el modelo del obrar humano. Si Dios ‘tomó respiro’ el día séptimo, también el hombre debe “holgar” y hacer que los otros, sobre todo los pobres, ‘recobren aliento’ (Ex 23,12). El sábado interrumpe los trabajos cotidianos y concede un respiro. Es un día de protesta contra las servidumbres del trabajo y el culto al dinero» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2172)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.