Al recorrer el sendero de nuestro diario vivir podemos dar gracias a Dios porque nos levantamos con ánimo y optimismo y deseos de hacer las cosas según la voluntad del Padre celestial; podemos caminar, ver, sentir y hablar, que son dones que hemos recibido para ir a nuestros hermanos, alabar a Dios por todo lo creado, sentir en nuestros corazones tu presencia y comunicar palabras de esperanza. Permítenos que sea un día pleno de alegría y felicidad.
También en este día, al escuchar tu palabra, surgen interrogantes para nosotros. Y Tú mismo nos confrontas: “¿Por qué me están ustedes buscando?”
¿Por qué buscamos a Dios? ¿Es solamente por los dones que él nos da?
Es cierto que recibimos mucho de Ti, Señor. Pero ¿te buscamos por lo que significas para nuestras vidas? Ayúdanos a esforzarnos por acercarnos más a Ti y llegar a ser uno en Ti. Hoy nos pides fe en Ti y en tu misión. En este primer día de la semana, no queremos preguntarte qué tenemos que hacer, porque ya sabemos lo que nos pides: AMAR, SERVIR Y LLEVAR TU PRESENCIA EN NUESTROS CORAZONES. Amén. Una muy feliz y santa semana para todos. Un muy esperanzador lunes lleno de bendiciones.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
La multitud escucha la invitación del Señor, pero no comprende el sentido —como nos sucede muchas veces también a nosotros— y le preguntan: «¿qué hemos de hacer para llevar a cabo las obras de Dios?» (v. 28). Los que escuchan a Jesús piensan que Él les pide cumplir los preceptos para obtener otros milagros como ese de la multiplicación de los panes. Es una tentación común, esta, de reducir la religión solo a la práctica de las leyes, proyectando sobre nuestra relación con Dios la imagen de la relación entre los siervos y su amo: los siervos deben cumplir las tareas que el amo les ha asignado, para tener su benevolencia. Esto lo sabemos todos. Por eso la multitud quiere saber de Jesús qué acciones debe hacer para contentar a Dios. Pero Jesús da una respuesta inesperada: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado» (v. 29). Estas palabras están dirigidas, hoy, también a nosotros: la obra de Dios no consiste tanto en el «hacer» cosas, sino en el «creer» en Aquel que Él ha mandado. Esto significa que la fe en Jesús nos permite cumplir las obras de Dios. Si nos dejamos implicar en esta relación de amor y de confianza con Jesús, seremos capaces de realizar buenas obras que perfumen a Evangelio, por el bien y las necesidades de los hermanos. (Ángelus, 5 de agosto de 2018)