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6-sep.-2024, viernes de la 22.ª semana del Tiempo Ordinario

Danos la gracia de guardar en odres de Alegría y de esperanza lo nuevo de tu Palabra y lo nuevo de tu amor.

Al canto alegre de los pajarillos se alegran nuestros corazones para darte gracias y ponernos a tu disposición, para cumplir tu voluntad. Hoy nos hablas de la experiencia de tu amor fiel y uno con nosotros. Tú nos has llamado y respondemos: Seguimos al Novio. Y Tú eres el novio en el banquete de bodas de la Nueva Alianza. Comparas el Reino de Dios con un banquete de bodas.  Y aquí no caben ayunos ni tristezas. Somos los invitados al convite. Es tiempo y lugar de celebración, de fiesta, de alegría, de festejos. Además, queremos comprender la “gran novedad” de la que nos hablas. El vino nuevo, el odre nuevo, el vestido nuevo. 

Los fariseos y los mismos discípulos de Juan seguirán embarcados en sus ritos tradicionalistas. Los seguidores tuyos nos sentamos al banquete para alegrarnos contigo, para beber el vino nuevo de la Alianza nueva. Danos la gracia de guardar en odres de Alegría y de esperanza lo nuevo de tu Palabra y lo nuevo de tu amor. Ayúdanos, Señor, para que seamos verdaderos discípulos tuyos, servidores generosos y testigos de tu amor, administradores responsables y fieles a lo que nos has confiado. Bendícenos, guárdanos y protégenos. 

Que sea un muy feliz viernes vivido en caridad y servicio. Abrazos y bendiciones abundantes. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

El cristiano es fundamentalmente gozoso. Y por eso al final del Evangelio, cuando traen el vino, cuando habla del vino, me hace pensar en las bodas de Caná: y por eso Jesús hizo ese milagro; por eso la Virgen, cuando se dio cuenta de que ya no había vino, pero si no hay vino no hay fiesta... Imaginemos terminar esa boda, tomando té o jugo: no funciona... es una fiesta y la Virgen pide un milagro. Y también lo es la vida cristiana. La vida cristiana es alegre, alegre de corazón (…) Así pues, es tal «la segunda actitud cristiana: reconocer a Jesús como el todo, como el centro, la totalidad», aunque existirá siempre la tentación de rechazar esta «novedad del Evangelio, este vino nuevo» en comportamientos viejos (…) Es pecado, todos somos pecadores. Pero reconócelo: 'Esto es pecado'. No digas que esto va con esto. ¡No! Los odres viejos no pueden contener vino nuevo. Es la novedad del Evangelio. Jesús es el novio, el novio que se casa con la Iglesia, el novio que ama a la Iglesia, que da su vida por la Iglesia. ¡Y Jesús hace este banquete de bodas! Jesús nos pide la alegría de la celebración, la alegría de ser cristianos. Y también nos pide totalidad: es todo Él y si tenemos algo que no es de Él, arrepentirnos, pedir perdón y seguir adelante. Que el Señor nos dé a todos la gracia de tener siempre esta alegría, como si fuéramos a una boda. Y teniendo también esta fidelidad que es el único marido que es el Señor. (Santa Marta, 6 de septiembre de 2013)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.