Descansado amanecer el que nos regalas en este día en el que celebramos una de nuestras fiestas patrias. Gracias, Señor, por este día de descanso para nuestra parte física, porque nuestra parte espiritual está siempre en actividad, pensándote a ti el único Dios vivo y verdadero.
Con nuevos ánimos iniciamos hoy nuestro caminar en tu presencia y te pedimos nos des paciencia y fortaleza en nuestras labores. Tu palabra nos da la ocasión de reflexionar sobre aquel momento en que Pedro, inspirado en tu amor, da esa respuesta: «tú eres el mesías, el hijo del Dios vivo». Por estos momentos de inspiración como los de Pedro nos confiamos a tus manos, no para impedir tus planes, sino en el cumplimiento de tu voluntad. Amemos de corazón y con el corazón y sigamos diciendo: tú eres nuestro amor nuestra luz y nuestro guía por eso te alabamos te bendecimos y te damos. Gracias.
Un muy feliz y vocacional jueves de descanso.
PALABRA DEL PAPA
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16). Con estas palabras Pedro, interrogado por el Maestro junto con los otros discípulos sobre su fe en Él, expresa en síntesis el patrimonio que desde hace dos mil años la Iglesia, a través de la sucesión apostólica, custodia, profundiza y trasmite. Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es decir, el único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre. En Él Dios, para hacerse cercano a los hombres, se ha revelado a nosotros en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre (cf. Concilio Vaticano II, Const. pastoral Gaudium et spes, 22), hasta aparecerse a los suyos, después de la resurrección, con su cuerpo glorioso. Nos ha mostrado así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar, junto con la promesa de un destino eterno que, sin embargo, supera todos nuestros límites y capacidades. Pedro, en su respuesta, asume ambas cosas: el don de Dios y el camino que se debe recorrer para dejarse transformar, dimensiones inseparables de la salvación, confiadas a la Iglesia para que las anuncie por el bien de la humanidad. (León XIV - Santa Misa de clausura del Conclave presidida por el nuevo pontífice con los cardenales electores, 9 de mayo de 2025)
Oración introductoria
Jesús, al igual que Pedro no me gusta, en muchas ocasiones, el camino que debo recorrer para aspirar a la santidad. Por eso hoy, con mucha fe y esperanza, te busco en la oración para suplicarte me concedas llegar a percibir tus sentimientos y conocer a fondo tu corazón. Que el centro de mi oración seas Tú, y no tanto mis problemas o dificultades personales.